Agua con gas: ¿Buena o mala?
La relación entre el agua con gas y la digestión
En muchos lugares se ha extendido el consumo del agua con gas y las personas se preguntan cuán saludable puede ser este líquido tan incoloro como el agua natural, pero con diferencias organolépticas que la hacen ligeramente amarga, una de las razones que ha multiplicado su consumo.
Agua con gas y la digestión
En realidad este tipo de agua embotellada contiene ácido carbónico, un componente que estimula la secreción de jugos gástricos y facilita las digestiones, sobre todo de las personas que padecen de lentitud en este proceso.
Pero existen otros trastornos digestivos, como la aerofagia, por ejemplo, a los cuales el consumo del agua carbonatada le empeora su sintomatología de gases, dolor gastrointestinal y distensión o hinchazón abdominal, por lo que no se recomienda su uso ni el de ninguna otra bebida gaseada.
Otra de las disyuntivas a nivel popular, es si esta agua engorda o no. La realidad es que como no aporta ninguna caloría puede consumirse sin riesgos, incluso en caso de sobrepeso u obesidad. Vale aclarar que no se deben confundir estas botellas de agua gaseada con otras bebidas de apariencia similar, como la tónica o la gaseosa edulcorada, que sí disparan nuestro metabolismo.
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