La dieta disociada
El primer capítulo de nuestro repaso a las dietas más usadas por las celebrities nos presentó la dieta de la Zona, un novedoso método ideado por el bioquímico Barry Sears que establecía la proporción de hidratos, proteínas y grasas que debemos tomar en cada comida para lograr el equilibrio hormonal en nuestro organismo. En esta segunda entrega hablaremos de las dietas disociadas, cada día más famosas por la pérdida rápida de peso que suponen. Sin embargo, ésto puede provocar el efecto inverso, recuperar el doble de lo perdido, si no se continúa con una dieta de mantenimiento. Ya sabéis, lo mejor para tener éxito son los consejos de un buen profesional.
Muchas celebrities se han sometido a este tipo de dieta para lograr un objetivo a corto plazo, entre ellas destaca Kate Winslet. Existen variantes de la dieta disociada, como la dieta Montignac, responsable del cuerpo que luce a sus casi 42 años Kylie Minogue.
El fundamento de este tipo de dietas es no mezclar los distintos tipos de alimentos en una misma comida, es decir, nunca se podrán tomar juntos proteínas e hidratos de carbono. Este método supone un sobreesfuerzo para nuestro metabolismo, favoreciendo el consumo de nuestras reservas. Sin embargo, esta dieta se basa en la falsa premisa de que nuestro sistema digestivo no está preparado para asimilar disintos tipos de alimentos a la vez, algo totalmente falso.
Las dietas disociadas tienen la ventaja de adaptarse a las necesidades de cada uno, especialmente para aquellos que no aceptan las restricciones de las dietas tradicionales. La separación de tipos de alimento permite que en cada comida podamos tomar la cantidad deseada. Este hecho implica digestiones mucho más rápidas y menor hinchazón abdominal después de las comidas.
Los inconvenientes de la dieta disociada son mayores y mucho más notables. El primero es que favorece el 'efecto rebote' tras la rápida pérdida de peso, ya que no eliminamos la grasa almacenada, sino masa muscular y líquidos. Mientras la dieta de la Zona establecía una proporción entre los tipos de alimento para lograr el bienestar físico y mental, la dieta disociada provoca el efecto inverso, apareciendo cuadros de ansiedad y depresión. El sistema digestivo también se ve afectado a lo largo del régimen y es habitual padecer estreñimiento. Otros inconvenientes son la mayor sensibilidad al frío, la pérdida de cabello o la sequedad de piel.
Este tipo de dietas pasan por distintas fases a medida que se produce la pérdida de peso, modificándose a la vez que nuestro sistema digestivo varía sus pautas. Os ofrecemos un menú ejemplo.
DESAYUNO: Tostadas con mermelada y una taza de café o té.
MEDIA MAÑANA: Una pieza de fruta y nueces.
COMIDA: Ensalada cruda variada (lechuga, berros, escarola,...) aliñada con una cuchara de aceite y un plato de arroz o pasta.
MERIENDA: Dos piezas de fruta, sin mezclar dulces con ácidas.
CENA: Verduras hervidas con pollo a la plancha.
¿Qué famosos siguen la dieta disociada?
Muchas celebrities se han sometido a este tipo de dieta para lograr un objetivo a corto plazo, entre ellas destaca Kate Winslet. Existen variantes de la dieta disociada, como la dieta Montignac, responsable del cuerpo que luce a sus casi 42 años Kylie Minogue.
¿En qué consiste la dieta disociada?
El fundamento de este tipo de dietas es no mezclar los distintos tipos de alimentos en una misma comida, es decir, nunca se podrán tomar juntos proteínas e hidratos de carbono. Este método supone un sobreesfuerzo para nuestro metabolismo, favoreciendo el consumo de nuestras reservas. Sin embargo, esta dieta se basa en la falsa premisa de que nuestro sistema digestivo no está preparado para asimilar disintos tipos de alimentos a la vez, algo totalmente falso.
¿Qué ventajas e inconvenientes tiene la dieta disociada?
Las dietas disociadas tienen la ventaja de adaptarse a las necesidades de cada uno, especialmente para aquellos que no aceptan las restricciones de las dietas tradicionales. La separación de tipos de alimento permite que en cada comida podamos tomar la cantidad deseada. Este hecho implica digestiones mucho más rápidas y menor hinchazón abdominal después de las comidas.
Los inconvenientes de la dieta disociada son mayores y mucho más notables. El primero es que favorece el 'efecto rebote' tras la rápida pérdida de peso, ya que no eliminamos la grasa almacenada, sino masa muscular y líquidos. Mientras la dieta de la Zona establecía una proporción entre los tipos de alimento para lograr el bienestar físico y mental, la dieta disociada provoca el efecto inverso, apareciendo cuadros de ansiedad y depresión. El sistema digestivo también se ve afectado a lo largo del régimen y es habitual padecer estreñimiento. Otros inconvenientes son la mayor sensibilidad al frío, la pérdida de cabello o la sequedad de piel.
¿Cómo es un día alimentándose con la dieta disociada?
Este tipo de dietas pasan por distintas fases a medida que se produce la pérdida de peso, modificándose a la vez que nuestro sistema digestivo varía sus pautas. Os ofrecemos un menú ejemplo.
DESAYUNO: Tostadas con mermelada y una taza de café o té.
MEDIA MAÑANA: Una pieza de fruta y nueces.
COMIDA: Ensalada cruda variada (lechuga, berros, escarola,...) aliñada con una cuchara de aceite y un plato de arroz o pasta.
MERIENDA: Dos piezas de fruta, sin mezclar dulces con ácidas.
CENA: Verduras hervidas con pollo a la plancha.
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