Cómo conservar el café (molido, en grano o hecho) sin perder aroma o sabor
Tips que debes tener en cuenta a la hora de almacenar el café
- Cómo conservar correctamente el café en grano
- Trucos para conservar el café molido
- ¿Cómo puedes guardar el café recién hecho?
Si eres amante del café ya sabrás que no hay nada como tomarse una taza recién hecha para apreciar todos y cada uno de los aromas que puede desprender esta rica bebida. ¿Y lo bien que sienta ese primer sorbo con todo ese sabor? ¡Nos encanta!
El café puede ser un desayuno, un postre, un almuerzo de media mañana o incluso parte de platos tan divertidos como diferentes. Su versatilidad le hace ser un producto único pero, a la vez, mucho más delicado de lo que parece. Por esta misma razón, es necesario saber explotar, cuidar y conservarlo incluso en nuestras propias casas.
Cuando acudes a una cafetería en la que cuidan este tipo de producto se nota mucho pero, ¿qué sucede cuando es el momento de hacerlo en casa? A veces prima la rapidez, y no nos preocupamos realmente ni de cómo guardarlo correctamente ni de cómo preparar debidamente esta bebida para aprovechar todas sus propiedades.
¡Tranquila! En Diario Femenino te vamos a contar cómo conservar el café molido, en grano o ya hecho sin perder aroma ni sabor de la manera más sencilla posible. ¿Te animas a aprender a hacerlo? ¡Vamos a descubrirlo!
Cómo conservar correctamente el café en grano
Entre las opciones a la hora de conservar el café, hacerlo en grano va a ser siempre la mejor opción porque se puede moler y consumir en el momento. Además, a la larga suele salir bastante mejor comparando la relación calidad-precio. Si hablamos del café en grano, hablamos de una forma perfecta de respetar tanto el aroma del propio café como las propiedades con las que cuente, puesto que el propio grano en sí es una forma de protección y conservación del café. ¿Cómo conservarlo? ¡Atenta a estos trucos!
+ La fecha de tueste
Vamos a imaginar que has comprado varios kilos de café y quieres conservarlos de la mejor manera posible. Lo primero que debes hacer a la hora de adquirir este tipo de café es tener en cuenta la fecha de tueste. Al igual que puedes mirar la fecha de caducidad de los huevos cuando los compras (ya sabes que en el supermercado los que caducan más tarde siempre se colocan en la parte de atrás de los estantes), en el caso del café podemos fijarnos para que, al adquirirlo, la fecha de tueste sea la más reciente posible. Esta es una de las primeras medidas que nos permitirá alargar el tiempo de conservación de nuestro café.
+ Temperatura y humedad
Por otra parte, es importante saber que la temperatura y humedad en la que los conserves marcará de forma determinante su duración y el resultado del café que te sobre cuando lo prepares. Las propiedades organolépticas del café (las que hacen que tenga esas características tan únicas) son muy susceptibles a las temperaturas altas. Estas son uno de sus mayores enemigos, por lo que cuanto más fresco sea el lugar en el que conservemos estos granos, mejor.
+ Guárdalo en la nevera
Una buena forma de guardar el café es en la nevera, sobre todo si vives en zonas con un clima demasiado cálido. Sin embargo, si la nevera genera demasiada humedad no es la mejor idea, porque un alto grado de la misma puede estropear igualmente el aroma y el sabor del café. En su defecto, una solución puede ser una despensa donde no dé la luz del sol y haya una temperatura estable. Así conseguirás que el proceso de oxidación se ralentice.
+ No olvides cerrar bien el paquete
Una vez abiertos los paquetes herméticamente cerrados donde vienen guardados los granos de café empieza una cuenta atrás, donde la oxidación del café al contacto con el aire hará que pierda sus propiedades. Por eso, es fundamental cerrar muy bien los paquetes con los granos o moverlos de recipiente a uno hermético donde no pueda entrar fácilmente el aire. Una de las mejores opciones puede ser una lata, que ayuda a la conservación de estas propiedades.
Trucos para conservar el café molido
Por las prisas que llevamos actualmente, el café molido es un buen aliado para preparar la bebida recién hecha y de forma rápida (o al menos más rápida que si tuviéramos que moler el café). Vamos al supermercado y adquirimos este tipo de producto para, después, llegar a casa y volcarlo en la cafetera. No es una mala opción pero debes tener ciertas cosas en cuenta.
+ Envasa bien el café
Si quieres que el café recién hecho cuente con el mejor aroma es importante que el paquete o recipiente en el que lo conserves guarde ciertas condiciones. Por ejemplo, si tienes una gran cantidad de café molido, no lo vas a consumir al momento y quieres que te dure con todas las condiciones, lo mejor es envasar al vacío una parte. De esta manera podríamos conservarlo hasta año y medio sin que varíen demasiado sus propiedades.
Por otra parte, debes saber que una vez abierto el envase es muy importante cerrarlo de la mejor manera posible. ¿Cómo hacerlo? Para ello debes hacerte con un recipiente que cierre herméticamente (como un tupper o un tarro preparado para este fin) y será mejor si es de cristal o de acero inoxidable en lugar de plástico.
+ ¿Qué temperatura y humedad debe tener este producto?
Una de las cuestiones esenciales a la hora de conservar este tipo de café es conocer sus condiciones de temperatura y de humedad. En este sentido, se conservará muy bien en una despensa con ambiente seco, fresco y oscuro. Es decir, un lugar en el que no dé la luz del sol directamente y que esté alejado de fuentes de calor.
¿Cómo puedes guardar el café recién hecho?
Tenemos que ser sinceras: esta es la peor de las opciones indudablemente. Si quieres disfrutar de un café rico con un aroma increíble, lo mejor es preparar la bebida que vayas a consumir en el momento y no dejarla preparada para otro día. De ahí que muchas personas renieguen de ese sabor a café recalentado, y es completamente normal. Sin embargo, si no queda más remedio podemos utilizar algún que otro recurso:
+ Déjalo en la propia cafetera
Si vas a consumir el café tan solo unas horas después, o incluso si vas a dejarlo preparado para alguien que se levantará un poco más tarde, lo mejor es dejarlo en la propia cafetera en la que lo hemos preparado. Sin aplicar calor directo y simplemente con la tapa cerrada como si acabaras de prepararlo conseguirás que se conserve la temperatura de manera uniforme y dure un poquito más de tiempo.
+ Temperatura ambiente
Por otro lado, si vas a alargar la ingesta del café unas cuantas horas más, podrás dejarlo a temperatura ambiente en una jarra o meterlo en la nevera, aunque ya sabes que la humedad no es muy amiga de las propiedades del café. Quizás llegado este momento, en lugar de querer conservar la bebida sin más sea una buena opción hacer un granizado o helado de café. De esta manera estaremos aprovechando el café que ha sobrado (no lo tiraremos) pero a la vez, disfrutaremos de un café recién hecho cuando te apetezca tomarlo en forma de bebida.
Con estos trucos lograrás alargar la vida de tu café, pero recuerda que si lo que buscas es disfrutar de la bebida con todo su esplendor, aroma y propiedades, lo más recomendable será comprar pequeñas cantidades de café y moler los granos en el momento para realizar una bebida de 10.
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