Cookflat: convierte tu casa en un restaurante

Marta Valle

Uno de los mayores logros de los últimos tiempos reside en la creciente tendencia a la estandarización a la baja, y de forma global, del turismo. Algo que hace tan sólo unas décadas era privilegio casi exclusivo de las clases pudientes, se ha convertido en un fenómeno global del que pueden disfrutar la mayoría de las personas.

En este contexto surgen iniciativas tan curiosas como la que nos ocupa. Se trata de Cookflat, una suerte de red social que pone en contacto a personas interesadas en ser anfitriones en su propio hogar y preparar los platos típicos de su zona, con aquellos aventurados viajeros que desean probar las delicias culinarias de la región visitada sin tener que acudir a caros restaurantes.

Las variopintas opciones de Cookflat

Los usuarios que se registren en la página web dispuesta por la iniciativa pueden seleccionar entre diversas propuestas que, obviamente, oscilarán según lo que cada oferente quiera o pueda sugerir. Por motivos evidentes, la clave de Cookflat reside en la posibilidad de probar los platos tradicionales –y al estilo casero- del país de origen de dichos usuarios.

Otra magnífica posibilidad que oferta Cookflat es la de probar comidas caseras de otros sitios del mundo en tu propia ciudad de residencia, sin necesidad de tener que salir de viaje para conocer estas gastronomías.

Los interesados en convertirse en anfitriones podrán distribuir las citas con bastante libertad de acción, pudiendo acumular varios invitados en una sola visita o repartirlos en diferentes turnos. Por esta razón, resulta fundamental establecer una reserva previa o informarse de la disponibilidad en cada caso.

Osadía a precios populares

Dependiendo del oferente los precios suelen oscilar normalmente entre los 15 y los 30 euros por persona, lo cuál no parece un coste excesivamente elevado dado que la cocina casera tradicional en restaurante tiende a ser bastante más cara, sobre todo para aquellas que residimos en grandes urbes dónde el estilo de vida es mucho más alto.

Por razones de temporalidad, ya que la web lleva en funcionamiento desde hace pocas semanas, el feedback es escaso. Por lo que, en muchas ocasiones, hay que ser algo osada y lanzarse a ser la primera en probar alguno de los menús propuestos. Este inconveniente se irá solventando con el paso del tiempo y Cookflat continúe creciendo.

Por ahora, y a falta de observar su evolución, no parece todavía una alternativa clara a la hostelería tradicional aunque dado el enorme potencial que tienen este tipo de iniciativas y su expansión a través de las redes sociales, es posible que se convierta en una tendencia popular.

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