Miedo al jefe: que no acabe con tus expectativas
Las relaciones que establecemos con nuestros jefes en el trabajo no siempre son de cooperación, que es lo que se esperaría para mejorar la productivad de la empresa. Trabajo en equipo es lo que demandan todas las empresas y, sin embargo, son los propios jefes los que se niegan a posicionarse como uno más en el empeño de que la empresa funcione.
Trámites como presentar un proyecto, una idea, pedir las vacaciones o un merecido aumento de sueldo se convierten en un proceso angustioso que nos paraliza por el miedo que tenemos a la reacción del jefe. No es cosa tuya. Precisamente la obra de teatro de Sergio Pérez-Mencheta "Incrementum", que estos días se representa en Madrid, refleja las alocadas reflexiones de nuestra mente cuando queremos pedir un aumento.
Jefes o superiores
El caso es que ese miedo que nos infunde el jefe se origina en nuestra propia estructura socio-cultural; no en vano, existe otra palabra para designar a los jefes, que es "superiores". Algo que dice bastante de cómo distribuimos los roles y la importancia de cada uno en el ámbito laboral.
Es cierto que es el jefe quien tiene la capacidad para hacer que pierdas tu trabajo y, por lo tanto, te quedes sin ingresos para sobrevivir. Pero eso no debería colocarle en una posición de superioridad ya que el objetivo último de la relación entre jefe y empleado es la productividad de la empresa.
Todas hemos tenido que lidiar en más de una ocasión con un mal jefe, con un jefe demasiado controlador, con un jefe prepotente o con un jefe que imponía una distancia tal que nos aterrorizaba la simple idea de cruzarnos con él por pasillo y tener que saludarle.
Superar el miedo al jefe
Pero este tipo de jefes, que impiden la correcta comunicación entre las diferentes partes de la empresa, no son el mejor el modelo a seguir, por lo tanto, nuestro miedo no deja de ser un tanto infundado. No veas a tu jefe como un ser superior más competente que tú. Tu jefe tiene otras competencias distintas que las tuyas, ya sea por formación, por filiación o por una cuestión de edad, pero el objetivo de ambos es el mismo.
Lo que más tiene que preocuparte es que tu miedo al jefe perjudique tu rendimiento en el trabajo, entonces sí deberías preocuarte de la posibilidad del despido. Pero siendo como eres una persona eficaz y eficiente, tienes que buscar la forma de acceder a él y comunicarte para presentarle tus demandas, tus necesidades, incluso tus ideas. Recuerda en todo momento que no estamos en una sociedad esclavista, por mucho que a veces tengas esa sensación.
Tu jefe es una persona normal, con sus errores personales y laborales (aunque no los reconozca ante ti) al que la vida le ha colocado en esa posición. Si necesitas cambiar la fecha de tus vacaciones, estás en tu derecho de negociar, si necesitas un día para ir al médico, no tienes ni que pensártelo y si necesitas un aumento de sueldo, acude resuelta a su despacho. Porque si demuestras seguridad en ti misma, ese sentimiento de temor disminuirá considerablemente.
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