Misofonía: Tengo fobia al ruido de la gente al comer
Conoce qué es y cuáles son los síntomas de la misofonía
- Qué es la misofonía
- ¿Sufro esta fobia?
- Tratamiento para la misofonía
El mundo está lleno de fobias, miedos y odios irracionales que pueden llegar a convertir nuestro día a día en una pesadilla. Algunos son tan conocidos como aceptados (hablamos de la aracnofobia o la claustrofobia), otros están menos extendidos y nos cuesta entenderlos más. De hecho, pueden llegar a aislar de muchas maneras a las personas que lo sufren. La misofonía podemos clasificarla en este segundo grupo.
Qué es la misofonía
Literalmente se entiende como el “odio a los sonidos”, se conoce también como síndrome de sensibilidad selectiva al sonido y afecta alrededor de un 17% de la población mundial.
Imagina por un momento que entras a un bar y te molesta el ruido de la cafetera, ¿puede ser normal, verdad? Pero ¿y si, en ese mismo momento, te molesta también el ruido de la persona de al lado bebiendo café? ¿Y el de un niño masticando?
La excesiva molestia de este tipo de ruidos (sobre todo con sonidos que respectan a la alimentación) viene causada por un trastorno neurológico que origina respuestas negativas en el sistema nervioso y provoca una hipersensibilidad hacia los sonidos de intensidad baja (40 o 50 db). Es decir, todos los sonidos que están por debajo del ruido de una conversación entre dos. El simple hecho de comer unas patatas fritas de bolsa es un gesto insoportable para las personas que lo sufren.
Pero no solo responden a los sonidos que se producen al comer o masticar. También a los bostezos, estornudos, hipos, carraspeos y movimientos cotidianos como escribir en un teclado o el movimiento de un reloj.
¿Sufro esta fobia?
La misofonía suele presentarse en la infancia o adolescencia (alrededor de los 10 o 12 años). Los que lo sufren suelen irritarse ante cualquier sonido que para las personas de alrededor pasa desapercibido. Se sienten incómodas, les molesta en exceso y desean alejarse de él.
El síntoma más extendido es el estrés causado por los ruidos mencionados arriba. Sin embargo también puede aumentar el ritmo cardíaco, los nervios, puede provocar ansiedad, ataques de pánico e incluso ira desproporcionada.
Se manifiesta en diferentes grados, afectando de manera distinta a cada paciente. En el nivel más bajo, se detecta el ruido y a la persona que lo origina, se es consciente de ello pero esto no genera ninguna sensación de ansiedad.
Según aumenta la escala, el paciente que lo sufre aumenta la vigilancia ante todo tipo de sonidos y, proporcionalmente, aumenta la ansiedad y el estrés ante ellos, llegando (en el nivel más alto) a la violencia física.
Tratamiento para la misofonía
Este trastorno es relativamente nuevo y desconocido por lo que, a día de hoy, no existe un tratamiento real que lo revoque. Es recomendable acudir a terapias que ayuden a controlar la ansiedad y el estrés, así como algunas específicas que intenten eliminar esas reacciones negativas que provocan los sonidos en las personas que sufren este trastorno. Mientras se trata, los pacientes suelen usar auriculares para intentar aislarse de los ruidos molestos de su alrededor.
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