Cómo afecta el estrés a la menstruación: tips para manejar los nervios

Son muchas las mujeres que, a lo largo de sus vidas, pueden experimentar estrés o ansiedad en diferentes momentos y por múltiples causas. Estas alteraciones son capaces de afectar al organismo de muchas maneras, entre ellas a la regla. Y es que ¿sabías que el estrés y la menstruación están estrechamente relacionados?

En Diario Femenino te contamos cómo afectan el estrés y los nervios a la menstruación, te ayudamos a comprender cómo influyen mutuamente y, además, te damos algunos tips para manejar los nervios y, así, cuidar tu salud. ¡Toma nota de todo ello!

Efectos de los nervios y el estrés en la menstruación

Como decíamos, los trastornos en el sistema nervioso se reflejan en la mayoría de los aspectos de nuestro cuerpo, y pocas veces de manera positiva. El estrés incide directamente sobre nuestras hormonas y, por lo tanto, puede influir en el ciclo menstrual alterando su curso natural. El principal síntoma que produce es el retraso de la regla, pero no es el único. A continuación te contamos algunos de los síntomas o alteraciones más comunes del estrés en la menstruación:

+ Dismenorrea o dolor menstrual

El estrés puede afectar a las hormonas y a otras sustancias del cuerpo, lo que puede hacer que te duela más la regla. El estrés, además, es capaz de aumentar la producción de unas sustancias que causan contracciones uterinas dolorosas en la menstruación, llamadas prostaglandinas, también responsables de la inflamación y la sensibilización del sistema nervioso, por lo que aumenta la percepción del dolor.

Eso sí, recuerda que no debes dejar pasar o ignorar cualquier dolor menstrual, ya que puede ser señal de otros problemas. Ante cualquier dolor, lo ideal es que acudas al ginecólogo/a, ya que será quien mejor te pueda ayudar a solventar tu problema y a conocer las causas de dicho dolor.

+ Ciclos irregulares

El estrés, los nervios y la ansiedad pueden alterar el ciclo provocando oligomenorrea, que significa tener ciclos largos mayores a 35 días. Pero también puede alterar el ciclo haciendo que tengas menstruaciones escasas (hipomenorrea) o incluso provocar amenorrea (ausencia de menstruación por más de 90 días). Todo ello se debe a que el estrés crónico o agudo puede alterar la liberación de las hormonas responsables del ciclo, como el estrógeno y la progesterona, haciendo que el ciclo menstrual sea irregular.

+ Síndrome Premenstrual

El conocido como SPM (Síndrome Premenstrual) es aquel que aparece unos siete o diez días antes de la llegada de la menstruación. Se caracteriza porque, durante algunos días, se sufren algunos síntomas físicos o psíquicos que pueden resultar muy molestos. Entre ellos destacan los cambios de humor, la fatiga, la hinchazón o la somnolencia. Todos estos síntomas se pueden ver incrementados si tienes estrés o cualquier otro trastorno emocional al que debas prestar especial atención, como la ansiedad.

+ Fertilidad

El estrés prolongado en el tiempo puede afectar bastante a la fertilidad, ya que se produce un desequilibrio en las hormonas reproductivas y se altera la ovulación, lo que provoca complicaciones a la hora de quedarte embarazada. Si sientes que tienes demasiado estrés y que éste está afectando a tus ciclos menstruales, sobre todo si quieres tener un bebé, deberías acudir a un especialista.

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Consejos imprescindibles para manejar el estrés y los nervios

Ahora que ya sabes cómo puede afectar el estrés a tu menstruación, lo más importante es mantener la calma, aunque te parezca complicado. Recuerda que cuanto más te preocupes porque no te llega la menstruación, más impedimentos estarás poniendo a que esto suceda y estarás ante una pescadilla que se muerde la cola. Las hormonas de los ovarios siguen instrucciones de la hipófisis, situada en el cerebro, y es por ello por lo que lo que ocurre en el sistema nervioso influye en nuestro ciclo.

¿Qué puedes hacer para manejar el estrés, aliviar la ansiedad o los síntomas premenstruales? Existen algunas técnicas que puedes poner en marcha cuanto antes, tales como las siguientes:

- Practicar técnicas de relajación

Lo ideal es que dediques una parte del tiempo a lo largo del día a realizar actividades que te ayuden a relajarte, tales como la meditación o las respiraciones profundas. Son técnicas muy beneficiosas para disminuir los niveles de ansiedad y, así, favorecer el ciclo menstrual regular.

- Hacer ejercicio

Pasear, hacer yoga, caminar, montar en bicicleta, bailar, correr… Cualquier actividad física es perfecta para liberar tensiones y reducir el estrés. Además, el ejercicio también tiene grandes beneficios a la hora de aliviar los síntomas del Síndrome Premenstrual o la dismenorrea.

- Seguir un estilo de vida saludable

Además del ejercicio, es importante mantener una dieta equilibrada (evitando la cafeína, el alcohol o un exceso de azúcar) dormir lo suficiente, hidratarte correctamente y, por supuesto, no consumir tabaco. De esta manera, no solo estarás manteniendo el estrés a raya, también ayudarás a que el dolor menstrual o los síntomas del SPM disminuyan considerablemente.

- Identificar qué es lo que te está causando estrés o ansiedad

Para identificar las personas o las situaciones que más nervios te provocan, es interesante escribir un diario en el que anotes cómo te sientes y en qué momentos te sientes más alterada. De esta manera, estarás buscando las razones o los motivos que te hacen estar más estresada o ansiosa durante el día.

- Buscar ayuda

El apoyo de tu familia, pareja o amigos es crucial cuando tienes estrés, sin embargo, lo ideal es buscar ayuda profesional, tanto de un psicólogo/a que te ayude a manejar el estrés, como de un ginecólogo/a. Si tus dolores son demasiado intensos o persistentes, lo ideal es acudir a un médico para que te realice las pruebas pertinentes y así descartar otros problemas de salud que no sean estrés. Además, puede recomendarte algunos tratamientos más específicos según cuáles sean tus condiciones y necesidades.

Recuerda que para saber cómo afectan el estrés y los nervios a la menstruación tan solo tienes que observarte bien, conocer tu cuerpo e identificar cuando algo no va bien. De esta manera, podrás acudir al ginecólogo/a para explicarle aquello que te preocupa, y que sea un profesional quien te ayude a saber cuál es tu situación y cómo puedes mejorarla. ¡Cuida tu salud!

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