Pérdidas de orina en la menopausia: evita la incontinencia urinaria
El paso del tiempo, los partos y la menopausia van debilitando la elasticidad de ciertas partes de nuestro cuerpo, especialmente de nuestra zona íntima. Uno de los problemas más frecuentes es la incontinencia urinaria, algo que puede llegar a afectar a la vida cotidiana de muchas mujeres por la sensación de vergüenza que produce. Y si bien no podemos luchar contra la naturaleza, sí hay algunos trucos que podemos hacer para reducir o incluso evitar las pérdidas de orina en la menopausia.
Las pérdidas de orina tras la menopausia
Los cambios físicos y psicológicos que sufrimos tras la menopausia son más que evidentes. La falta de hormonas hace que nuestro cuerpo pierda ciertas características, como por ejemplo, la elasticidad. Pero una cosa es que estemos acostumbradas a luchar contra las arrugas del rostro y la flacidez corporal y otra cosa es que afrontemos con naturalidad ese debilitamiento muscular en las zonas más íntimas.
Sin embargo, las pérdidas de orina una vez atravesada la etapa del climaterio son más frecuentes y la falta de información puede hacer que muchas mujeres se vean aisladas y reduzcan al máximo su actividad sexual y social por la vergüenza que les produce asumir un problema de lo más común.
Lo que ocurre durante la menopausia es un debilitamiento de la musculatura de la zona pélvica, algo que sufren todas las mujeres que puede ir desde pérdidas de orina muy leves hasta incontenincia urinaria, y que puede ser provocado por movimientos tan cotidianos como la risa o la tos.
Tratamiento para las pérdidas de orina
Aunque las pérdidas de orina parezca un problema difícil de solucionar, podemos ir olvidándonos de tener que aceptar los inconvenientes de la menopausia. Por suerte, la ciencia médica avanza y la información está al acceso de la mayoría de las mujeres que no están dispuestas a pasar por alto un problema como este.
La tan comentada terapia hormonal sustitutiva puede ser un buen remedio, siendo especialmente recomendados los estrógenos para favorecer la circulación de la zona pélvica. Pero algo que podemos hacer nosostras mismas y no sólo ante la llegada de la menopausia, sino también mucho antes, son los ejercicios para fortalecer el suelo pélvico, los famosos ejercicios Kegel.
En caso de que la incontiencia urinaria sea grave como consecuencia de un cambio físico en la uretra o en la vejiga, también existe una cirugía específica que puede solucionar este problema. Cualquier tratamiento será válido bajo supervisión médica con tal de mejorar nuestra calidad de vida y escapar en la medida de lo posible de los trastornos de la menopausia.
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