Menopausia y colesterol
La llegada de la menopausia a la vida de las mujeres se produce por un desorden hormonal debido a la reducción de los niveles de estrógenos y progesterona. Este desfase no solo supone el fin de la etapa reproductiva, sino que también es la causa de la aparición de ciertas molestias que afectan a la salud femenina.
Uno de estos efectos es, precisamente, el aumento de la acumulación de colesterol malo y el aumento del riesgo de sufrir hipertensión y accidentes cardiovasculares, ya que las hormonas sexuales intervienen en el metabolismo de este compuesto. Según la Asociación Española para el Estudio de la Menopausia (AEEM), el 30% de las mujeres que entran en el climatérico presenta niveles elevados de colesterol.
Hormonas y colesterol
Los estrógeno son los responsables de la relación entre la menopausia y el aumento de colesterol. Durante la edad fértil de la mujer, cuando los niveles de esta hormona son los adecuados, las mujeres cuentan con un 20% más de colesterol bueno que los hombres, lo que disminuye los factores de riesgo a la hora de padecer una enfermedad cardíaca.
Este hecho se debe a la intervención de los estrógenos en el metabolismo del colesterol, favoreciendo la producción del bueno (HDL) y reduciendo el deposito del malo (LDL) en los vasos sanguíneos.
El colesterol en la menopausia
Una vez que la mujer entra en la fase del climaterio, la etapa en la que se produce la menopausia, los ovarios reducen la producción de estrógeno y, por tanto, se reduce el efecto sobre los niveles de colesterol.
Es imprescindible que las mujeres cuiden su dieta y su modelo de vida una vez que llega la última menstruación, ya que alimentos ricos en grasas o estilos de vida sedentarios favorecen también el riesgo de sufrir patologías cardiovasculares.
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