'Me sentía un bicho raro por sufrir vaginismo'
Hablamos con Ana, una chica de 23 años que sufre vaginismo
- La pareja, el gran apoyo en la lucha contra el vaginismo
El vaginismo se caracterizada por un cierre involuntario de la vagina que imposibilita que una mujer tenga relaciones sexuales con penetración, o incluso en algunos casos, que tenga dificultades a la hora de colocarse un tampón, situaciones que ha vivido en sus propias carnes Ana (nombre ficticio). Tras varios años sufriendo este problema, esta catalana de 23 años decidió buscar la ayuda de Caroline Correia, fisioterapeuta especializada en suelo pélvico para intentar "dejar de sentirse un bicho raro", como ella misma relata a Diario Femenino. "Fue la mejor decisión que tomé porque era un problema que me ha estado atormentado durante muchos años, pero que nunca supé cómo resolverlo. Cuando empecé a investigar sobre lo que me podía pasar si no actuaba, me asusté un poco. La impotencia y la frustración me acompañaron durante mucho tiempo y la tristeza se apoderó de mí. Llegué a pensar que nunca lo superaría y que jamás podría ser feliz ni conmigo misma, ni con mi pareja".
Y desde que Ana se puso en manos de esta especialista, los avances fueron lentos, pero progresivos. A través de distintos ejercicios para descontracturar la zona del suelo pélvico y para intentar fortalecerlo, Ana ha podido comprobar que el vaginismo tiene solución. "Es muy importante también el trabajo de una misma en casa, por eso yo recomiendo a otras mujeres que estén pasando por la misma situación que yo que, además de acudir a un experto, le dediquen al menos un ratito todos los días en casa para seguir trabajando sobre esta zona".
La pareja, el gran apoyo en la lucha contra el vaginismo
Pero, como hemos dicho antes, este proceso es lento y en muchos casos la persona puede sentirse cansada, derrotada y piense en tirar la toalla y dejarlo a un lado para no sufrir más, pero es justo lo que no se debe hacer. En esos de momentos de flaqueza es cuando el apoyo de amigos, familiares y, sobre todo, de la pareja es crucial. "Al principio no se lo conté a nadie, solo a mi pareja. Afortunadamente me ha estado apoyando mucho en todo este tiempo, incluso en esos momentos en los que mi actitud hacia solucionar el problema ha sido motivo de discusión y de muchas idas y venidas", confiesa y añade: "Al cabo del tiempo se lo comenté a un par de amigas íntimas con las que tenía mucha confianza y que me han estado apoyando en todo momento. Pero llegó un momento en el que todo me superó y me estaba afectando tanto que decidí hablarlo mis padres. Con ellos siempre he tenido una relación muy buena y les cuento todo, pero respecto a ese tema me daba un poco de respeto, porque eran mis padres. No obstante, han sido sin duda quienes más me han ayudado, ¡tenía que habérselo contado mucho antes!".
Ana no quiere terminar su relato sobre esta enfermedad que muchas chicas sufren, pero que no se atraven a confesar, sin lanzarnos una recomendación: "A todas esas chicas que les ocurre esto decirles que NO son bichos raros, que NO tengan miedo, porque es un problema que se puede superar. Les animo a que lo cuenten y que lo compartan con la gente que les aprecia y les quiere, porque ese es el primer paso. Y después de eso que pidan ayuda y acudan a un profesional para que les pueda ayudar. Entiendo cada uno de los sentimientos y pensamientos que se les pueda pasar por la cabeza, porque yo he pasado por ello. La gente no se puede hacer una idea de lo duro que es... No es nada fácil, pero con fuerza de voluntad, constancia y paciencia se supera".
Si quieres saber qué tipo de ejercicios puedes hacer para combatir el vaginismo, atenta el siguiente vídeo:
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