La alergia al frío existe y estos son sus síntomas

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¿Cómo saber si tengo urticaria a frigore?
Los distintos tipos de alergia al frío, ¡aprende a diferenciarlos!

Natalia vive cerca de la playa. Su casa se encuentra a aproximadamente treinta metros de ella y cuando llega el verano y el calor empieza a apretar se pasa más tiempo en la arena que en cualquier otra parte. Le encanta el sol, ponerse morena y relajarse mientras escucha el sonido de las olas del mar rompiendo en la orilla. Sin embargo, casi nunca se la ve metida en el agua. Aunque los termómetros suban hasta los insufribles cuarenta grados, ella no se puede bañar. ¿Por qué? Pues porque la diferencia de temperatura entre el exterior y el agua del mar produce a Natalia una urticaria en el cuerpo que le causa ronchas rojizas, picor, fiebre, malestar general, dolor de cabeza y dificultad para respirar. En caso de una inmersión brusca en agua fría, Natalia podría llegar a sufrir un choque anafiláctico grave que podría causarle hasta la muerte. ¿Qué tiene Natalia? Natalia tiene alergia al frío.

Sí, es cierto, es una de las alergias más raras que se pueden encontrar en el mundo, pero existe y se llama urticaria a frigore. Se trata de una patología extraña de urticaria crónica que afecta a un porcentaje muy bajo de la población (un 3% aproximadamente). Muy pocas personas nacen con urticaria a frigore, pero cuando sucede, lo más habitual es que esta alergia se desarrolle en la primera etapa de la adultez y que, con el paso de los años, termine mejorando hasta desaparecer.

Los que padecen alergia al frío presentan reacciones si están al aire libre con temperaturas bajo los 4º C, si están expuestos a viento helado, si comen algo frío o si tocan una superficie helada, aunque, sin ninguna duda, los peores síntomas aparecen al meterse en el agua.

¿Cómo saber si tengo urticaria a frigore?

La alergia al frío puede ser leve o muy grave. Los que la sufren en su forma más ligera, padecen picazón y enrojecimiento (que desaparece por sí solo al poco tiempo) al entrar en contacto con algo a baja temperatura, mientras que en los casos más graves se produce una inflamación que afecta a las vías respiratorias y que puede causar desmayos e incluso la muerte.

Para el diagnóstico de esta patología se utiliza el test del cubito de hielo. Los médicos ponen un cubo de hielo sobre la piel del antebrazo y observan la reacción. En el caso de sufrir alergia al frío, las ronchas aparecen en los primeros cinco minutos. Si el test del cubito de hielo da negativo, se pasa a sumergir el brazo en agua fría durante unos minutos. Otras pruebas exponen también el antebrazo a distintas temperaturas para valorar a partir de ellas dónde se sitúa el umbral de resistencia al frío del paciente.

La alergia al frío no tiene terapia curativa, sino preventiva. Los afectados por esta alergia pueden llevar una vida prácticamente normal. Lo único a lo que deben prestar especial atención es al hecho de protegerse bien con guantes y bufanda durante el invierno, tratar de evitar el consumo de bebidas o alimentos demasiado fríos o darse baños en aguas muy heladas (para poder bañarse el agua tendría que estar a más de 25 grados).

El tratamiento de la urticaria a frigore o alergia al frío se da mediante el suministro de antihistamínicos o, en los peores casos, de epinefrina. Las personas que padecen esta patología deberían llevar siempre consigo epinefrina autoinyectable para poder aplicársela en caso de una reacción severa.