Mi bebé no me deja dormir; insomnio para toda la familia

Los padres se muestran radiantes de felicidad, ilusionados ante la llegada del bebé. No deja de ser una bendición la llegada de un nuevo miembro a la familia. Pero también es verdad que se inicia una etapa llena de responsabilidades, temores y de incidentes cotidianos que resultan totalmente novedosos. Uno de los problemas derivados del nacimiento del bebé es el insomnio. Y es que el insomnio afecta a toda la familia cuando se trata de un bebé.

Insomnio por el bebé

El principal motivo por el que tu bebé no te deja dormir son las tomas, que no entienden de ciclos del sueño. Lógicamente tu ciclo del sueño se verá interrumpido por las necesidades del bebé, con lo que es normal que pases los días agotada y confusa. Además, los bebés suelen llorar por la noche y no lo hacen necesariamente para avisarte de que es la hora de comer.

El llanto nocturno del bebé supone problemas de insomnio para toda la familia, pero especialmente para la madre, que intuye cuándo el bebé se muestra inquieto en la cuna, incluso segundos antes de que se ponga a llorar. La verdad es que un bebé en la familia supone inmensa felicidad para toda la familias, pero también largas noches sin dormir.

Este tipo de insomnio que viene motivado por el bebé puede presentarse antes de que el niño nazca. Los nervios de la futura mamá, la ansiedad por querer tenerlo todo controlado, las dudas sobre si sabrá hacerlo bien y el miedo a no cumplir las expectativas son preocupaciones lógicas de cualquier mujer que se enfrenta a la maternidad.

Evitar el insomnio por el bebé

Lamentablemente no existe un tratamiento ni un remedio para este insomnio que surge con la llegada del bebé. No podemos cambiar las necesidades del niño, así como tampoco podemos evitar que llore cuando se despierta a media noche. La transformación del ciclo del sueño durante los primeros meses del bebé es algo inevitable, pero sí podemos enseñarle a dormir para garantizarnos una buena calidad de sueño en el futuro.

Muchas personas no tienen en cuenta que a dormir también se aprende. Y cuanto antes demos al bebé unas pautas y establezcamos una rutina para dormir, antes cesarán los llantos a deshoras. A un bebé se le puede enseñar a dormir, a no tener miedo a la oscuridad, a tener un horario regular de sueño, a que su cuerpo distinga el descanso de la actividad o a que relacione algunos rituales y objetos con la hora de la tranquilidad y del sueño.

Pero para que el bebé aprenda a dormir tranquilo, necesita percibir esa tranquilidad a su alrededor, sentirse seguro, protegido y notar todo el cariño. Unos padres desbordados por el estrés, que no reducen la actividad con el paso de la tarde, no podrán inculcar en su bebé el ánimo relajado que toda persona, bebé, niño, adulto o anciano, necesita para dormir.

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