Insomnio infantil: cómo hacer que los niños duerman bien
Cuando se habla de insomnio inmediatamente nos viene a la cabeza la imagen de una persona adulta dominada por el cansancio, el mal humor y las ojeras. Pero lo cierto es que los niños también sufren trastornos del sueño que incluyen insomnio y parasomnias y cuyas consecuencias pueden poner en peligro su desarrollo educativo y su salud. Por eso es imprescindible estar bien atenta y prevenir el insomnio en los niños.
Insomnio en niños
Son muchos los niños que no pueden dormir bien. Algunos no quieren irse a la cama, a otros les cuesta conciliar el sueño y otros más se despiertan en medio de la noche como consecuencia de alguna de las llamadas parasomnias, con pesadillas, con terrores nocturnos o con sonambulismo. Es precisamente el miedo a tener una mala noche lo que hace que el niño se acueste más nervioso y se repitan los episodios de la noche anterior.
Las consecuencias del insomnio en niños se hacen evidentes a corto y a largo plazo. Los problemas del sueño pueden retrasar su aprendizaje, además de transformar por completo su estado de ánimo y provocar infinidad de problemas de salud. En líneas generales, un niño en edad escolar debería dormir una 10 horas, pero dormirlas bien, con una calidad de sueño óptima que le permita levantarse con energía y rendir durante todo el día.
Cómo evitar el insomnio en niños
Muchos padres se preguntan por qué sus hijos no duermen bien, mientras que los especialistas del sueño preguntan a esos padres si acaso les han enseñado a dormir, si empezando por ellos mismos, se toman en serio la higiene del sueño. Y es que cada vez vemos más dormitorios infantiles con un televisor, con el ordenador encendido en el escritorio y con el teléfono móvil en la mesilla.
Pero no basta con alejar de los niños a todos esos enemigos del sueño, sino que también hace falta concienciarles de la importancia de dormir bien. Reducir la actividad a lo largo de la jornada para entrar relajados en el dormitorio es algo que se debe hacer en familia. De nada sirve decirle al niño que debe relajarse si ve a sus padres alterados, nerviosos, de mal humor e incapaces de desconectar.
Son los padres los primeros que deben ser conscientes de la necesidad de adquirir desde niños una rutina para dormir o unos hábitos de sueño que garanticen el descanso. En cualquier caso, para todos aquellos problemas del sueño que están relacionados con la ansiedad o con algún otro trastorno emocional, hay que acudir a un especialista.
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