¿Usas el secador de manos en los baños públicos? No volverás a hacerlo
Mientras tus manos reposan bajo el aire caliente, estás exponiéndolas a millones de bacterias
- Secadores de manos, ¿un nido de bacterias?
- ¿Es peligroso utilizar los secadores de manos de los baños públicos?
- Cómo secarse las manos correctamente
Lavarse las manos es un gesto muy simple a la par que importante. De hecho, la Organización Mundial de la Salud estima que mantener limpia esta zona del cuerpo disminuye un 24% las probabilidades de contraer enfermedades respiratorias y hasta un 50% la posibilidad de padecer problemas de estómago.
Deberíamos lavarnos las manos antes y después de comer, antes y después de ir al baño, después de toser o estornudar, después de tirar la basura, después de estar con mascotas… Esto sería lo ideal y lo que se nos repite hasta la saciedad. Sin embargo, lo que no se dice tan a menudo es que tan importante como lavarse las manos, es secárselas bien. Y en este sentido, no cualquier método es adecuado para hacerlo. Puedes recurrir a una toalla, papel o toallita, pero jamás te seques las manos con los secadores de manos de aire caliente que se encuentran situados en la mayor parte de los baños públicos. ¿Por qué? Porque un estudio de la Universidad de Connecticut publicado en Applied and Environmental Microbiology ha demostrado que, aunque son más amigables con el medio ambiente, los secadores eléctricos pueden estar llenos de bacterias y materia fecal.
En resumidas cuentas, no te servirá de nada lavarte las manos si después utilizas estos aparatos para secártelas. Te aseguramos que después de leer este artículo no querrás volver a hacerlo…
Secadores de manos, ¿un nido de bacterias?
Te ponemos en situación: Cuando alguien tira de la palanca o cadena (instante en el que el agua sale para llevarse los distintos deshechos al desagüe) con el váter abierto, pequeñas porciones de excremento y bacterias son arrojados al aire pudiendo alcanzar una altura de hasta 4,5 metros. Estas sustancias son perfectamente capaces de llegar hasta el ambiente cálido de los secadores de manos para más tarde ser expulsadas hacia tus manos recién lavadas.
Los investigadores que llevaron a cabo este estudio situaron varias placas de Petri en los baños de la universidad con el objetivo de recolectar las bacterias presentes. Aquellas que fueron expuestas al ambiente habitual de un baño público presentaban únicamente una colonia bacteriana. Sin embargo, las que estuvieron expuestas a 30 segundos del aire caliente de un secador de manos tenían de 18 a 60 colonias bacterianas por placa.
Estos resultados demuestran perfectamente que, aunque parezca un método perfectamente limpio para secarse las manos después de lavárselas, la realidad es que el secamanos es una opción muchísimo menos higiénica que una toalla de papel. La conclusión es que una gran cantidad de bacterias, incluyendo patógenos potenciales y esporas, podrían ser depositados en las manos a través de estos aparatos eléctricos.
¿Es peligroso utilizar los secadores de manos de los baños públicos?
Mejor que no lo hagas, aunque para tu tranquilidad el autor principal de la investigación ha señalado que, a pesar de todas las bacterias presentes, no hay que preocuparse en exceso. Peter Setlow señala que, a no ser que tengas un sistema inmunitario muy debilitado, como los ancianos, en principio el organismo no tendría ningún tipo de problema a la hora de tolerar y enfrentarse a la gran cantidad de bacterias presentes en un baño público promedio.
Lo cierto es que muchas de esas bacterias no son dañinas para nosotros. Son microbios fundamentales para la vida en la Tierra y una parte crucial de nuestra propia inmunidad. De hecho, según BussinessInsider, se recomienda que los padres rueden a sus hijos por el suelo sucio de un metro. Y te preguntarás que sentido tiene hacer semejante tarea. Pues muy sencillo. Se debe a que existe una evidencia clara de que una mayor exposición a una gran cantidad y variedad de microbios ayuda a nuestro sistema inmunológico a crecer sano y fuerte.
Cómo secarse las manos correctamente
Y ahora te estarás preguntando: ¿Entonces es mejor utilizar las toallas de papel para secarse las manos? En verdad lo importante no es el método que escojas, sino como lo hagas y durante cuanto tiempo.
En primer lugar, deberías lavarte las manos con jabón durante un mínimo de 15 o 20 segundos (normalmente la mayoría de las personas lo hacen en menos tiempo y es algo incorrecto). En segundo lugar, si escoges las toallas de papel para secártelas deberás hacerlo durante mínimo 10 segundos para lograr acabar con el 96% de humedad en tus manos. Si optas por el secador de manos necesitarás estar alrededor de 45 segundos para acabar con el 97% de humedad.
El tema de la humedad es muy importante ya que las bacterias se propagan con mayor rapidez y facilidad en superficies húmedas. Por tanto, tan importante es que te laves bien las manos como que las seques de manera adecuada y sin prisas.
¿Y tú qué método utilizas para secarte las manos en los baños públicos?
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