Tratamiento para el herpes vaginal: cómo mejorar el brote en la vagina

El herpes vaginal es una enfermedad de transmisión sexual (ETS) provocada por el virus herpes simple de tipo 1 o 2. La forma más eficaz para evitar el contagio es utilizando un preservativo. Sin embargo, no te protegerá al 100% porque el virus puede haber afectado a una zona que no se cubra con el condón. Por tanto, es recomendable realizarse exámenes médicos de manera regular para asegurarse de que no padeces herpes ni otro tipo de enfermedades sexuales. Lo más habitual es que el herpes afecte a la zona de la vagina, ano y muslos.

El herpes vaginal no siempre provoca síntomas. No todo el mundo que ha sido contagiado presenta úlceras o ampollas. Sin embargo, y aunque estos signos no sean visibles, se sigue transmitiendo el virus, de ahí la importancia de protegerse. Esta enfermedad, que puede afectar a la vagina, no tiene cura. El virus nunca llega a desaparecer, lo que puede causar que padezcas brotes de forma repetitiva. Por ello, el tratamiento tiene como objetivo mejorar el estado de los brotes así como aliviar el dolor. Por tanto, lo más común es que sólo se ponga el tratamiento durante el brote.

El herpes de vagina no se puede curar

Es común que el ginecólogo recete un antiviral, especialmente en el primer brote de herpes. Este tipo de medicinas te ayudarán a curar las úlceras, así como a acortar la duración del brote. En cuanto observes que empiezan a aparecer las ampollas, es conveniente que empieces a ingerir el tratamiento que tu médico te haya recomendado. Algunos posibles efectos secundarios son el dolor de cabeza, náuseas, fatiga, erupciones cutáneas...

Aciclovir es un tratamiento que los médicos suelen aconsejar para el herpes oral y genital. Está disponible tanto en crema, descrita como poco efectiva entre algunos profesionales, como en pastillas. Es recomendable utilizarlo cuando se producen los brotes, ya que no es necesario el tratamiento continuado. 

Como siempre te decimos, es vital que vayas al médico. Él es el único que te puede ofrecer un diagnóstico acertado que se ajuste a tu caso. Además, podrá hacer un seguimiento para considerar si los brotes mejoran. También es recomendable que consultes con él sobre la importancia de realizarse análisis y pruebas para descartar que padeces otras enfermedades vaginales.  

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