Herpes vaginales: síntomas, forma de contagio y prevención
Los herpes vaginales, causados por el virus del herpes simple (HSV-2), es de las enfermedades de transmisión sexual más comunes del mundo. El problema de este virus es que no tiene cura, es decir, si estás infectada lo estarás para toda la vida, aunque ello no quiere decir que no puedas llevar una vida normal con un correcto tratamiento.
Cómo sé si estoy contagiada del virus del herpes simple
Podemos pensar que estamos contagiadas por el HSV-2 si notamos alguno de los siguientes síntomas:
- Hay unos primero síntomas llamados prodrómicos que se producen los tres primeros días y consisten en una sensación de escozor y ardor en la zona de la vagina, ano, muslos y nalgas, inflamación de los ganglios linfáticos, hinchazón abdominal y dolor y dificultar urinaria. El dolor de cabeza, muscular, náuseas y fiebre también pueden aparecer.
- Una vez pasados esos tres días aparecerá el herpes en forma de ampollas o llagas alrededor de la vagina, el ano y los muslos.
Podemos tener el virus en nuestro cuerpo y sin embargo, que no esté activo, que no notemos nada hasta que un día de repente, se accione y se manifieste de las anteriores maneras descritas. Beber alcohol, tener estrés, depresión o cansancio excesivo afecta a nuestro sistema inmunológico lo que hace que seamos más propensas a su activación.
Cómo prevenir los herpes vaginales
Deberemos usar siempre preservativo, aunque no nos garantiza al 100% no contagiarnos ya que el preservativo no cubre toda la zona que puede estar infectada. Lo más importante es evitar cualquier tipo de contacto físico con la zona contagiada los días en los que el virus está en su fase más agresiva, deberemos esperar a que desaparezcan las ampollas y las llagas y la piel esté sana.
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