Remedios caseros para bajar la fiebre: cúrate antes de tiempo

La fiebre es una reacción que provoca nuestro cuerpo cuando se encuentra luchando contra algún tipo de infección. Por lo tanto, podemos considerarlo más como un síntoma derivado de una enfermedad que una patología en sí misma. El proceso consiste en una elevación de la temperatura natural a la que se encuentra nuestro cuerpo con el objetivo de actuar como defensa y conseguir expulsar los organismos que hayan generado la fiebre. Dado su origen, resulta adecuada la consulta a un profesional médico aunque al ser una anomalía tan habitual existen multitud de remedios caseros para abordar sus repercusiones.

Descender la fiebre mediante la utilización de remedios caseros

Hay que tener en cuenta que el hecho de mitigar la fiebre puede dejarnos sin un arma fundamental de nuestro cuerpo para combatir las infecciones, por lo que siempre y cuando no supere los 39 grados centígrados -103 grados Fahrenheit- no debemos preocuparnos en exceso. Nuestro cuerpo, por otra parte, ha de encontrarse lo suficientemente hidratado para que pueda combatir con efectividad aquello que ha activado la fiebre, por lo que la ingesta abundante de líquidos –especialmente agua- supone el primer y más importante remedio casero para combatir este síntoma.

Otro remedio casero bastante recurrente contra la fiebre consiste en enfriar tanto la cabeza como el cuello. Para casos en los que la temperatura corporal sea muy elevada, podemos utilizar una bufanda de algodón grande, empaparla bien en agua -escurriendo el exceso- y envolverla alrededor de la cabeza y del cuello, repitiendo el proceso una vez se seque.

El ajo es un alimento que contiene propiedades antibióticas y que fortalecen el sistema inmunológico de nuestro organismo, por lo que podemos utilizarlo para combatir el origen de la infección. Un remedio casero bastante habitual consiste en moler varios dientes de ajo hasta forma una especie de pasta. Tras aplicar una fina capa de aceite de oliva en la planta de los pies, podemos disponer a su alrededor una gasa untada con dicha pasta. En un sentido similar podemos utilizar el vinagre como remedio casero, mezclando cinco tapones de este producto con dos vasos de agua tibia. Con el resultado obtenido humedecemos unos paños y envolvemos la parte inferior de las piernas.

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