¿Es buena idea recurrir al reiki para el dolor de estómago?

Es cierto que, en muchas ocasiones, resulta complicado para la ciencia establecer una causa concreta que explique la aparición de las problemáticas más comunes relacionadas con el estómago -y el sistema digestivo en general-. El desarrollo de disfunciones digestivas tales como gases, diarrea, sensación de pesadez, estreñimiento o dolor abdominal puede deberse a multitud de factores que fluctúan entre la mera arbitrariedad de haber comido un producto en mal estado hasta razones más de fondo como nuestro estilo de vida o la herencia genética. En el proceso de diagnóstico de un dolor recurrente de estómago, es posible que muchas mujeres se desesperen y recurran a técnicas supuestamente milagrosas como el reiki que, aunque en algunos casos sean completamente bienintencionadas, no disponen de base médica alguna.

La relación del reiki con la curación del dolor de estómago

Allí donde el reiki y todo este tipo de técnicas alternativas a la propia ciencia médica pueden tener una mayor incisión es en el propio estado anímico y psicológico de las pacientes. En muchas ocasiones, las alteraciones psicológicas alentadas por situaciones concretas de nuestra vida que nos provoquen estados de nerviosismo o de estrés anormal pueden disponer materializaciones en el plano físico a través de enfermedades tales como los dolores de estómago. En este sentido, y dado que el reiki basa su relativo éxito en la predisposición de las pacientes a una sugestión positiva, existe la posibilidad de que estas técnicas consigan aplacar estas fases de presión extraordinaria y, de forma indirecta, paliar las molestias abdominales que se hubieran podido desarrollar.

Por tanto, en los supuestos casos en los que una influencia del estrés haya podido desencadenar enfermedades como las descritas, o incluso algunas más importantes como el síndrome del colon irritable, el reiki puede servir como terapia de paliación de síntomas potenciados por dicho estado anímico.

En una situación ideal, recomendamos, aún en el peor de los casos, recurrir a profesionales médicos que puedan establecer diagnósticos precisos respaldados por la tradición científica. También la modificación de los hábitos diarios que puedan ser tóxicos para nuestro organismo, -comer alimentos muy grasos, fumar, beber alcohol, excederse en las dosis de cafeína-, puede servir de ayuda no solo para remitir dolencias estomacales sino también para evitarlas.  

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