Dolor de cabeza al beber cerveza: ¿intolerancia al alcohol?

Los dolores de cabeza asociados a la ingesta de bebidas alcohólicas resultan bastante habituales, sobre todo como un efecto directo a posteriori de un exceso. Sin embargo, también se cuantifican casos de mujeres que, incluso al beber de una forma moderada un producto tan común vinculado a las reuniones sociales y a la época estival como la cerveza, desarrollan molestas dolencias que pueden llegar a arruinar cualquier acontecimiento al que estén asistiendo. En dichas circunstancias, la mejor de las opciones pasa por consultar al médico de cabecera ya que probablemente se haya desarrollado una intolerancia al alcohol.

Causas del dolor de cabeza por la ingesta de cerveza

Aunque resulte obvia su mención, la cerveza –salvo en algunas variedades- es una bebida que contiene alcohol. Si, como hemos visto, nuestro cuerpo desarrolla alguna clase de intolerancia al alcohol, es probable que, aunque su presencia en dicho producto sea muy baja, no podamos absorberlo y, por tanto, no digeriremos correctamente la cantidad que hayamos tomado. Si sufrimos de esta alergia debemos, en primera instancia, dejar de consumir este producto ya que se pueden generar síntomas tales como cefaleas, congestión nasal o nauseas.

La histamina es un compuesto químico que produce nuestro propio cuerpo como medida de seguridad contra el desarrollo de enfermedades e infecciones. Esta sustancia, además de en nuestro organismo, es posible encontrarla en multitud de alimentos y bebidas. Entre ellos la cerveza. Si disponemos de algún tipo de alergia hacia la histamina, al consumir cerveza podemos provocar inflamaciones en tejidos blandos, generando dolores en la cabeza o en los senos.

Otra alergia alimentaria que puede estar relacionada directamente con la ingesta de cerveza redunda en la intolerancia al trigo. En realidad, la reacción se produce a tenor de la presencia de proteínas en esta sustancia. Nuestro sistema inmunológico, dado el caso, desencadena una serie de procesos que repercuten, finalmente, en la producción de histamina, anticuerpos y otros químicos derivados. Además de fuertes jaquecas, es posible que presentemos dificultad al respirar, dolor en el pecho, erupciones en la piel o dolencias gástricas.

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