Cáncer de mama, mujer y sentimientos

El diagnóstico del cáncer de mama representa un fuerte impacto emocional tanto para los pacientes como para sus familiares. Según nos explica Carmen Yélamos, psico-oncóloga y directora de IMOncology FUNDACIÓN, "la mayoría de las emociones que surgen durante el proceso son adaptativas, es decir, son normales y frecuentes y ante una situación similar, todos sentiríamos emociones parecidas".

Los sentimientos y emociones que pueden surgir dependerán mucho del estilo de personalidad y la capacidad de afrontamiento de cada paciente, pero en líneas generales estarán relacionados con las distintas situaciones o etapas a las que la mujer se va a enfrentar durante el proceso de enfermedad y tratamiento."Es necesario diferenciar cuando las emociones se convierten en un problema, cuando se transforman en desadaptativas y limitan a la persona impidiéndole llevar una vida normal. En este caso, ya sí sería necesario el apoyo de un psico-oncólogo. Por tanto, la recomendación del apoyo psicológico no depende tanto de la fase de la enfermedad como de la intensidad de las emociones o el sufrimiento del paciente. Cuando encontramos un gran malestar o sufrimiento, o cuando aparecen reacciones desadaptativas o trastornos psicopatológicos, es conveniente la intervención profesional. También debemos recordar que, en muchas ocasiones, el psico-oncólogo lleva a cabo una labor preventiva de reacciones emocionales desadaptativas ejerciendo un soporte e intervención psicoeducativa durante el proceso de enfermedad", añade esta experta.

Qué siente una mujer con cáncer de mama

Tras el diagnóstico de cáncer, es muy probable que la mujer pueda sentirse como en una especie de montaña rusa emocional. El cáncer de mama afecta sin duda a los sentimientos y emociones y trae consigo repercusiones más allá de la enfermedad en sí, ya que los pacientes no solo temen al cáncer, sino que también sufren pensando en cómo será su día a día, en las consecuencias de la intervención quirúrgica, del tratamiento de quimioterapia o radioterapia, en cómo le afectará a su vida laboral, familia e hijos…

+ Al inicio, ante la recepción de la noticia, la primera reacción suele ser de shock. Es un estado de perturbación mental en la que oímos, pero no entendemos ni somos capaces de procesar la información. Suelen experimentar negación, 'no puede ser, esto no me puede estar pasando a mí, quizá se equivocaron con las pruebas, voy a pedir otra opinión',  puede ser una reacción posterior muy frecuente a la que sigan la tristeza, la rabia, la confusión, la incertidumbre y el miedo: 'qué voy hacer, me voy a morir, mis hijos, mi esposo, mi familia, mi trabajo, mi cuerpo, me van a mutilar, mi pecho, mi pelo'. 

+ Posteriormente y ya con el inicio de los tratamientos, disminuyen este tipo de reacciones y la mujer puede pasar por un periodo de mayor estabilidad emocional, aunque sin duda será un periodo asociado al estrés y a altos niveles de ansiedad y preocupación para el paciente.

+ Finalmente, y al acabar los tratamientos y cuando el paciente vuelve a su vida cotidiana, pueden surgir sentimientos de tristeza, decaimiento o desesperanza. El cáncer puede provocar muchos cambios físicos, psicológicos y sociales, algunos de los cuales pueden ser muy difíciles de aceptar: cambios en el aspecto físico e imagen corporal, sexualidad, laborales y económicos, miedos a la recaída, etc.

+ En el caso de la recaída, la fase que más puede afectar a una paciente, la ausencia de percepción de control ante la situación producida puede generar un sentimiento de indefensión, tristeza y sufrimiento en la paciente que aconseje la intervención de un profesional de la psicología (un psico oncólogo), con el objetivo de proporcionar a la persona estrategias de gestión emocional.

"La adaptación a la enfermedad y a los tratamientos, así como a los cambios que pueden provocar, no es fácil y el paciente necesitará tiempo. Sentirse triste o decaído es algo normal en el proceso de adaptación. Sin embargo, también debe saber que identificar pronto estos sentimientos puede ayudarle a manejarlos antes de que sean más fuertes y le hagan más daño", concluye Carmen Yélamos.

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