Cómo afrontar la timidez en el médico

Las consecuencias de ser tímida se observan en todos los ámbitos de la vida, en los actos más cotidianos y también en aquellas situaciones que no son diarias, pero sí muy importantes. Ir al médico puede resultar todo un suplicio para una persona tímida que se paraliza sin saber qué decir. Pero la timidez se puede vencer y sabemos cómo afrontar una consulta médica sin timidez.

Ir al médico sin llevar la timidez

Si vas al médico seguramente es porque te ocurre algo inusual o que te preocupa. Puede que ya vayas con los nervios de serie ante la inquietud de tu dolencia, así que no es necesario que te lleves también la timidez al consultorio médico. Las personas tímidas se sientan frente a un médico y de pronto se quedan bloqueadas sin saber muy bien qué decir.

Esta actitud de timidez puede resultar perjudicial para tu salud porque el médico debe conocer cuantos más detalles mejor. Mientras tú, por tu parte, estás tratando de expresar tu problema con las menos palabras posibles y mirando hacia el suelo. Insistimos en que la consulta médica es uno de esos lugares donde debes dejar fuera la timidez.

Puedes recurrir al poder del pensamiento positivo pensando que ese médico que tienes delante está ahí para ayudarte y no te va a juzgar. Un médico está para evaluar tu problema de salud no para criticarte por tu carácter tímido y retraído. Y como en realidad es él la persona que puede saber qué es lo que te pasa, será mejor que hables, cuanto más hables y más información le des, antes podréis resolver tu problema de salud.

Mira que no estés mezclando la timidez con el miedo que te producen los médicos. A mucha gente le pasa y se paralizan igual aunque no sean tímidas. Si crees que no vas a poder exponer en voz alta todo lo que quieres decir, llévalo anotado con la excusa de que no quieres que se te olvide y que sea el médico quien lea la nota.

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