Pupafobia: trauma y miedo a los títeres y muñecas
¿Se puede tener miedo de un muñeco? ¿Se puede convertir en fobia?
- ¿Se puede tener miedo a una muñeca?
- Síntomas de la pupafobia
- Las causas de la pupafobia
- Superar el miedo a los títeres
Algunas fobias no dejan de sorprendernos por lo curioso de su proceso y muchas nos parecen simples manías. Conviene dejar claro que la fobia no es un rechazo o disgusto que sientes hacia algo, sino que se trata de verdadero pánico. Por eso nos preguntamos, ¿se puede tener miedo de un muñeco? En nuestro diccionario de fobias hablamos de la pupafobia o el miedo a títeres y muñecas articuladas.
¿Se puede tener miedo a una muñeca?
La pupafobia es el miedo a los títeres, las marionetas o los muñecos articulados. Es precisamente esa intencionalidad de automatismo del muñeco, de la apariencia de cobrar vida lo que produce el miedo. Al fin y al cabo, los muñecos no son personas y no deberían tener capacidad de movimiento, ¿verdad?
Las personas que sufren pupafobia ven un gran peligro en estos muñecos o títeres que pueden moverse y de los que pueden escuchar sus voces. Tiene su lógica porque es una ruptura con lo natural. Un títere no puede hablar y en este caso parece que lo está haciendo. Que sea una simulación importa muy poco a la hora de desarrollar esta fobia.
Síntomas de la pupafobia
El miedo es a que el muñeco cobre vida y te cause algún daño. La pupafobia es más frecuente en niños, pero puede llegar intacta hasta la edad adulta si no se trata. Y, como todas la fobias, los síntomas físicos pasan por mareos, sensación de irrealidad, palpitaciones, dolor de cabeza, náuseas o ataque de pánico.
Más complicados son los síntomas psíquicos de la pupafobia donde la persona que la sufre es muy consciente de que su miedo es irracional y desmedido, de sus pensamientos distorsionados y de su necesidad de evitar estos títeres, muñecas o marionetas. Y eso le provoca una sensación de incapacidad que generalmente acaba con problemas de autoestima.
Las causas de la pupafobia
Si nos resulta difícil imaginar a un adulto con esta fobia, no nos parece tan extraño imaginar a un niño traumatizado por un espectáculo de títeres o marionetas. Según la situación, según el contexto, puede ser incluso habitual experimentar cierto rechazo por este tipo de muñecos.
Aunque el fondo de los títeres es alegrar y no complicar la vida de la gente, la pupafobia se entiende mejor cuando recordamos la coulrofobia o el miedo a los payasos. Algo que en principio es amistoso se convierte en peligroso cuando existe un trastorno de ansiedad previo que multiplica el miedo con los estímulos más insospechados.
Superar el miedo a los títeres
Resulta tentador pensar que la pupafobia no es una fobia importante porque resulta relativamente fácil evitar la situación que produce el miedo. Pero las fobias que no se tratan muchas veces dan lugar a más fobias, así que lo mejor es pedir ayuda psicológica. Si la fobia se detecta en la infancia es más importante todavía que se acuda cuanto antes a un profesional.
No podemos condenar a un niño a sufrir de por vida un trastorno fóbico que le llevará a sentir miedos irracionales ante las situaciones más cotidianas. Para superar una fobia, tanto en la infancia como en la edad adulta, la terapia cognitivo conductual es la más efectiva, pero siempre irá acompañada de técnicas de relajación para reducir la ansiedad.
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