Claustrofobia: así es el miedo a los espacios cerrados
El miedo a los espacios cerrados es una de las fobias más comunes
- Qué es la claustrofobia
- Síntomas del miedo a los espacios cerrados
- Causas de la claustrofobia
- Cómo acabar con esta fobia
Hay fobias que son más comunes, mientras que de otras nunca hemos oído hablar pero existen. También hay fobias que un gran número de personas ha sentido en mayor o menor intensidad en algún momento de su vida y es el caso de la claustrofobia. ¿No te ha pasado alguna vez que has sentido cierto nerviosismo en un espacio pequeño y cerrado? El miedo a los espacios cerrados es uno de los más habituales pero, ¿en qué momento se convierte en una fobia?
Qué es la claustrofobia
La claustrofobia es el miedo a los espacios cerrados. Si además de cerrados son lugares pequeños, el miedo se hace aún más intenso. Pero, ¿qué tipo de lugares? Puede que tengas pánico a entrar a una cueva y no pasa absolutamente nada porque no va a condicionarte la vida. Pero sí tienes un problema si no puedes entrar en un ascensor, en el metro, en un coche o en un despacho pequeño.
El miedo no es al lugar en sí, sino a lo que puede ocurrir en un lugar tan cerrado y los temores más habituales son asfixiarte o quedarte atrapado. Hasta cierto punto es lógica esta fobia porque, ¿qué pasaría si te quedas encerrado en un ascensor durante mucho tiempo? La claustrofobia puede ser también el origen de otra fobia muy común como es la aerofobia o el miedo a volar.
Síntomas del miedo a los espacios cerrados
La persona que sufre claustrofobia tiende a evitar esos espacios cerrados y pequeños. No siempre lo consigue, pero los síntomas de la fobia no solo se manifiestan cuando no le queda más remedio que ponerse en esa situación que teme, sino que incluso pueden aparecer con solo imaginarlo.
Las fobias y la ansiedad van siempre de la mano, por lo que los síntomas son los mismos. Mareos, sensación de irrealidad, hormigueo en las extremidades, dificultad para respirar, taquicardia, sudores o el temido ataque de pánico que vendrá a confirmar sus sospechas de que se encuentra ante una situación peligrosa.
Causas de la claustrofobia
El miedo es un mecanismo de defensa que necesitamos para sobrevivir. Ante una situación potencialmente peligrosa, nuestro organismo reacciona preparándose para luchar o para huir y de ahí que la ansiedad se dispare. En cambio, la fobia es un miedo irracional y desmedido que no nos ayuda a sobrevivir, sino todo lo contrario.
La mayoría de las fobias se desarrollan a consecuencia de un trastorno de ansiedad. Con niveles de ansiedad elevados, cualquier situación, objeto o emoción se puede presentar como peligrosa. Por eso es importante acudir a esa causa primera que ha provocado la claustrofobia.
También es frecuente encontrar un origen de la fobia a los espacios cerrados en una experiencia traumática. Si alguna vez te quedaste atrapado en un ascensor de pequeño, si viste a alguien morir en un lugar pequeño o si alguien sufrió un ataque de pánico estando en un sitio pequeño.
Cómo acabar con esta fobia
La primera reacción cuando se tiene una fobia de este tipo es proponer la terapia de exposición para que la persona vaya enfrentándose gradualmente a las situaciones que teme. Pero esto no es algo que pueda hacer uno mismo, porque las consecuencias pueden ser peligrosas.
El tratamiento de las fobias debe ir de la mano de un profesional y en la mayoría de los casos es la terapia cognitivo conductual la que consigue dejar atrás los miedos. Por su relación con la ansiedad, los ejercicios de relajación y respiración también son de gran ayuda para tratar la claustrofobia.
Puedes leer más artículos similares a Claustrofobia: así es el miedo a los espacios cerrados, en la categoría de Fobias en Diario Femenino.
Publicado:
Actualizado: