Amatofobia: ¿alergia o miedo al polvo?
El polvo puede provocar alergia y también fobia
- Qué es la amatofobia
- Síntomas del miedo al polvo
- Las causas de una fobia
- Cómo superar la amatofobia
Hay algunas fobias que pueden pasar casi desapercibidas porque no tienes que enfrentarte casi nunca al estímulo que te produce el miedo. Otras, en cambio, son muy limitantes si el foco de tu pánico es algo habitual y te lo puedes encontrar en cualquier lugar. Es el caso de la amatofobia o miedo al polvo, un trastorno del que hablamos en nuestro diccionario de fobias.
Qué es la amatofobia
La amatofobia es el miedo al polvo. Si muchas personas que tienen alergia al polvo ven cómo su vida se complica hasta extremos insospechados, con la fobia ocurre lo mismo. Porque el polvo no es algo que se puede evitar siempre. Puede que en tu casa hagas limpieza diaria para que no haya ni una mota de polvo, pero fuera de tu hogar, la cosa cambia.
No hay que confundir la fobia al polvo con la misofobia, que es el miedo a la suciedad en general, aunque a veces también están relacionadas. En ambos casos la obsesión por la limpieza es la señal que determina el problema, pero las personas con amatofobia solo sufren la ansiedad frente al polvo y no frente a otro tipo de suciedades.
Síntomas del miedo al polvo
Imagínate entrar en casa de una amiga. La casa está limpia, pero no ha quitado el polvo durante unos días y tú lo notas nada más entrar. Porque aunque no sea una alergia, parece que detectas las motas de polvo antes que los demás. Te empiezas a poner nerviosas y tus miedos empiezan a provocar reacciones en tu cuerpo que no puedes controlar.
Tal vez dificultad para respirar, tal vez mareos, tal vez sensación de irrealidad, tal vez palpitaciones y puede que llegues al ataque de pánico. Son los mismos síntomas de la ansiedad que aparecen con cualquier tipo de fobia. Lo más habitual es que intentes huir de esa situación antes de que aparezcan los síntomas, con lo que el riesgo de limitar tu vida social aumenta.
Las causas de una fobia
Pero, ¿de dónde sale este miedo irracional al polvo? Porque no es una manía con la limpieza, es auténtico pánico motivado por un pensamiento irracional que te lleva a creer que el miedo es peligrosos. Pensamientos irracionales, miedo, peligro... son las características de un trastorno de ansiedad que es el que puede desencadenar muchas fobias.
En el caso la amatofobia también se puede tratar de un origen aprendido. Si en tu casa viviste cierta obsesión por la limpieza, puede que hayas desarrollado esta fobia condicionada por esa particularidad de tu infancia. Y tampoco se puede descartar, como ocurre con otras fobias, la vivencia de una experiencia traumática relacionada con el polvo.
Cómo superar la amatofobia
Conviene buscar ayuda psicológica para tratar cualquier fobia en el mismo momento en el que se detecta. Muchas fobias son limitantes y, aunque no tengas que enfrentarte a tu miedo cada día, son signo evidente de un trastorno emocional. La terapia cognitivo conductual es la más efectiva para el tratamiento de las fobias, pero hay más.
Muchas veces los profesionales recomiendan el mindfulness como terapia para superar la fobia y las técnicas de relajación son siempre útiles por el componente de ansiedad que generan. Las últimas terapias psicológicas, como la Terapia de Aceptación y Compromiso, parece que también están dando muy buenos resultados.
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