Terapia anti estrés: más fácil de lo que parece
El estrés es uno de los términos más usados en psicología a nivel coloquial. ¿Quién no experimenta situaciones de estrés en ciertos momentos de nuestro día a día?
Existen distintas terapias para controlar el estrés que ayudan a que éste no se acumule y nos pase factura. Mediante unos sencillos hábitos y técnicas podemos hacer que estas situaciones de nuestra vida cotidiana que tanta presión y tensión nos generan, sean más llevaderas y en el futuro no nos genere un trastorno crónico.
Técnicas cotidianas contra el estrés
Está demostrado que una alimentación sana y equilibrada ayuda a mantener nuestro cuerpo y mente fuertes, evitando así que el estrés afecte a nuestras defensas, nuestro sistema nervioso o nuestro estómago.
Hay distintos alimentos que gracias a propiedades nutritivas ayudan a relajar el sistema nervioso y son por ello beneficiosos para ayudarnos a mantener un equilibrio.
Practicar un deporte que nos guste y nos resulte placentero ayuda a liberar tensiones y a eliminar preocupaciones de nuestro cuerpo. Según estudios realizados, los deportes al aire libre y en grupo resultan del todo beneficiosos a nivel psicológico.
La actividad física nos proporciona distracción de aquellos episodios estresantes de nuestra vida centrando nuestra atención en la actividad que estamos realizando y además, hace que se liberen endorfinas, lo cual nos hacen sentir mejor con nosotros mismos.
Dedicar nuestros ratos libres a la realización de actividades gratificantes nos hace menos vulnerables al estrés. Está científicamente demostrado que las actividades placenteras hacen que nos sintamos mejor y nuestra motivación se incremente.
Hay distintas técnicas de relajación para ayudar a que la tensión no se instale en nuestro cuerpo. Una de las más habituales y efectivas es la relajación muscular progresiva, que consiste en aprender a eliminar las tensiones musculares de nuestro cuerpo como consecuencia del estrés
Según estudios realizados en la Universidad de Princeton, en Estados Unidos, el sexo reduce el estrés. Practicar el sexo repetidas veces por semana ayuda a reducir la liberación de cortisol (la hormona del estrés) y hace que aumente la formación de nuevas neuronas, reduciendo drásticamente los niveles de estrés.
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