Evita el estrés térmico ante el frío o el calor: consejos y soluciones
Cada verano nos lo recuerdan. Hay que beber grandes cantidades de agua y evitar permanecer mucho tiempo debajo del sol. Pero, ¿qué hay detrás de los temidos golpes de calor? El estrés térmico es esa sensación de malestar causada por un conjunto de factores. Te explicamos qué es y qué precauciones tomar para que no se llegue a producir.
Aunque el estrés térmico suele estar relacionado con el exceso de calor, también puede producirse por el caso contrario, es decir, demasiado frío. Si con una temperatura muy alta nuestro cuerpo puede sufrir una hipertermia, con un exceso de frío podrías padecer una hipotermia.
Imagina la situación: llevas mucho tiempo paseando por la calle en pleno mes de agosto, hace calor, hay mucha humedad y encima, acabas de darte una gran comilona con tus compañeros de trabajo. Empiezas a sentir cierto malestar y sensación de agobio. Podrías estar siendo víctima del estrés térmico. Se trata de una situación que afecta a menudo a aquéllos que trabajan al aire libre en verano o en contextos donde hace mucho calor. Por este motivo, panaderos, obreros, mineros, etc. deben ser conscientes de los riesgos que supone trabajar ante altas temperaturas.
Cuando hace mucho calor, nuestro cuerpo intenta aclimatarse a la temperatura manteniéndose a unos 37 grados. Para ello, pone en marcha todos los mecanismos de termorregulación: expulsa sudor para refrescar, reduce la frecuencia cardiaca, se produce una vasodilatación en la piel...
Un exceso de calor puede causarte estrés térmico
Como resultado del estrés térmico, puedes sufrir erupciones en la piel, calambres musculares, sensación de cansancio, golpes de calor, pérdida temporal de consciencia...
El estrés término no solo está relacionado con una temperatura alta, sino que también influyen otros factores como la humedad, la temperatura de los objetos que nos rodean incluyendo las paredes y la velocidad del aire. A veces, aunque el termómetro no marque demasiado calor puede producirse el estrés térmico por una sobreexposición al sol. Además, si no llevas la ropa adecuada o acabas de realizar una actividad física estarás incrementando las posibilidades de sufrir estrés térmico.
En cualquier caso, el exceso de calor supone una situación muy incómoda para nuestro cuerpo que trata de acostumbrarse a ello. Sin embargo, cada persona se enfrenta a él de forma distinta. Teniendo en cuenta que factores personales como el estado de forma o el sobrepeso afectan, hay personas que soportan mejor el calor que otras. Aquéllos que sufren de diabetes, epilepsia, enfermedades de la piel, afecciones respiratorias, cardiovasculares, etc. son más sensibles ante el estrés térmico.
Para que el estrés térmico tenga consecuencias mayores trata de evitar exponerte al sol en las horas de más calor. Si te resulta imposible por tu trabajo, apunta los siguientes consejos: utiliza una ropa que deje traspirar a tu piel, descansa antes de tu jornada laboral, no te separes de tu botella de agua, evita las comidas copiosas...
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