El estrés como causa de la alergia
El estrés en pequeñas dosis es beneficioso para mejorar nuestra eficiencia pero, si este se produce durante largos periodos, puede resultar del todo perjudicial para nuestro sistema inmune.
En nuestro día a día nos enfrentamos a una gran cantidad de situaciones estresantes que, a medida que se van acumulando, nos generan distintos síntomas tanto psicológicos como físicos.
Cuando esto ocurre nuestro sistema inmune decae pudiendo aparecer multitud de síntomas relacionados con el estrés, entre ellos la alergia.
La alergia es la respuesta de nuestro organismo al tocar, inhalar o ingerir determinadas sustancias provenientes del exterior, haciendo que se genere una reacción alérgica.
Si la alergia aparece por causas desconocidas en un momento de gran tensión emocional, es probable que se trate de una reacción alérgica psicosomática producida por el estrés.
Alergia y estrés, ¿causa o consecuencia?
Hasta la fecha no se ha determinado que el estrés sea una causa directa de la alergia pero sí está demostrado que es capaz de empeorar o producir los síntomas alérgicos.
La alergia puede influir a su vez en un aumento del estrés ya que algunos de los síntomas propios del estrés como el insomnio o la pérdida de energía y vitalidad se ven retroalimentados por la alergia.
De este modo, el estrés empeoraría la alergia a la vez que los síntomas de la alergia hacen más propicio el estrés.
Una dieta equilibrada, hacer ejercicio e incluso reír ayuda a eliminar la energía negativa y a liberar endorfinas, logrando así reducir los niveles de estrés y mejorar nuestro estado de ánimo y de salud.
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