El peligro de hacer suposiciones

Muchas veces, sin motivo alguno ni razón aparente, pensamos que una persona ha actuado de una manera u otra porque está enfadada con nosotros. Pero, ¿eso es algo real o es algo que suponemos e, incluso, inventamos? Cuántas más vueltas le damos a un hecho, más creemos que nuestra suposición es verdad. Empieza todo como una invención nuestra y termina convirtiéndose en un hecho, en una realidad. Y es que el peligro de hacer suposiciones constantemente es muy grande. 

Cómo dejar de hacer suposiciones 

Alziur nos pone el siguiente ejemplo, que seguro que te resulta familiar. "Hablaste con una amiga y quedasteis en que dentro de unas semanas volvíais a contactar. Pasó ese tiempo y ni tú llamaste ni ella te llamó y entonces empiezas a suponer y a imaginar cosas en tu cabeza, como que vuestra amistad se ha acabado, que tu colega no tiene intención de volver a quedar y que seguro que le pasa algo contigo... Y casi como por arte de magia comienzas a tener recuerdos -muchas veces inventados- de cosas que vivisteis en el pasado, y como te gustan muchos los dramas, haces suposiciones de algo que no ha ocurrido porque lo que realmente ha pasado es NADA".

¿Qué hacer en estos casos? ¿Cómo evitar que esas circunstancias se conviertan en un drama? "Lo que tendríamos que hacer -explica Alziur- es ir a la persona y preguntarla: qué ha pasado, por qué no has dado señales de vida. O, simplemente, llamar tú, porque alguien tiene que dar el primer paso y esa persona puedes ser tú".  

Cómo dejar de hacer suposiciones 

Esto es solo un ejemplo, pero en nuestro día a día hay situaciones similares que se repiten una y otra vez: suponemos cosas cuando no han pasado y suponemos cosas por no preguntar. Por ejemplo, estamos en un grupo de gente y vemos que hay una persona que conocemos que está más seria de lo normal. ¿Qué hacemos en ese momento? "En lugar de acercarnos a hablar con ella, nosotros suponemos que le caemos mal o que no le agrada que estemos ahí en ese momento cuando quizás no es así. Quizás es simplemente que esa persona es así, seria y ya está, o también puede ser que a esa persona le haya pasado algo, pero nuestra mente siempre va a estar suponiendo e inventando cosas. Tendemos a creernos el ombligo del mundo y eso puede dar lugar a grandes dramas", nos advierte Alziur.  

El peligro de las suposiciones en el amor 

Las suposiciones también afectan al amor. ¿Cuántas historias de amor se han quedado en el olvido porque alguna de las dos partes ha supuesto algo que no era cierto, como que no le gustaba al otro? ¡Es una pena! "Debemos de ser más valientes y decir realmente lo que pensamos. Tenemos que perder el miedo a la vergüenza y también al rechazo. Ser capaces de aceptar el NO y expresar nuestros sentimientos. No intentarlo por suponer, por creer que la respuesta va a ser negativa. No hay que ser cobardes. Algunos dirán que esta actitud es de ser precavidos, pero podemos perder muchas oportunidades amorosas o, incluso laborales por suponer y por no atrevernos a decir las cosas. Hay veces que es difícil conocerse a uno mismo como para encima saber cómo piensan otros". 

Y, como dice Alziur, vamos a ser más valientes, a preguntar y a expresar nuestros sentimientos. "Yo ya no confío en mis suposiciones porque en un pasado me he equivocado y he aprendido la lección. Las suposiciones no son una realidad, por eso, antes de hacer un drama de algo procuro despejar mis dudas, preguntar y decir lo que siento, lo que opino y cómo me siento yo también". 

¡Nos apuntamos su consejo! 

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