La depresión como enfermedad mortal

Nos sigue asombrando que muchas personas no le den importancia a sus desequilibrios emocionales, que otras tantas crean que estar triste y angustiada es un estado de ánimo normal y que muchas más crean que la depresión es un invento de las personas débiles para vivir lamentándose.

Lo triste es que aún queda mucha gente que piensa de esa manera, que creen que hay personas que "están de los nervios" para llamar la atención. Y lo cierto es que la depresión es una enfermedad por derecho propio; una enfermedad tan grave que puede llevar a la muerte.

La depresión que te lleva a la muerte

Cuando hablamos de la depresión como enfermedad mortal, generalmente pensamos en el suicidio. Y es cierto que las personas con depresión tienen un grave riesgo de suicidio. Pero el suicidio es un tema aparte y aquí vamos a tratar todas esas enfermedades que provocan la muerte y que aparecen como consecuencia de la depresión.

Nos puede dar una idea de las consecuencias de la depresión sobre la salud si tenemos en cuenta que hoy en día es una de las principales causas de baja laboral, además de todas la incapacidades que se generan por una depresión. En cualquier caso, la depresión va mermando la salud hasta el punto de incrementar considerablemente el riesgo de sufrir algunas enfermedades mortales.

Es el caso de las enfermedades cardiovasculares, mucho más frecuentes y más mortales en personas con depresión. También se observa una mayor frecuencia de problemas circulatorios, dolencias pulmonares, enfermedades tiroideas y diabetes en los casos de depresión. Además, aunque no existe una demostración científica de que la depresión produce cáncer, sí parece demostrado el debilitamiento del organismo durante un estado depresivo, que puede favorecer la aparición del cáncer.

Evitar los riesgos de salud de la depresión

Lógicamente, nadie sufre una depresión por gusto y si pudiéramos prevenirla, lo haríamos con gusto. Pero prevenir una depresión no siempre es posible, ya que en la mayoría de los casos se trata de desajustes químicos en el cerebro que escapan a nuestro control.

Lo que sí podemos hacer es cuidar nuestro organismo de forma que podamos reducir los riesgos de somatizar nuestra depresión y acabar con una de esas enfermedades graves. Para eso es importante mantener nuestras defensas en lo más alto, llevar una dieta equilibrada para estar fuertes, hacer ejercicio físico regularmente y concienciarnos de que nuestro cuerpo es el vehículo que nos lleva en el camino hacia la felicidad.

Pero además de cuidar el físico, también debemos cuidar nuestro organismo psíquico, es decir, debemos procurar fortalecernos psicológicamente, aprender a mantener el equilibrio emocional adecuado de forma que cuando aparezcan los problemas, podamos afrontarlos con serenidad y con salud.

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