Depresión por obesidad: un trastorno alimentario y mental

Laura Sánchez, Filóloga

Cuando hablamos de las grandes epidemias de la sociedad actual, hablamos de depresión, pero también de obesidad. No deja de resultar paradójico que a la búsqueda, como vamos, de la sociedad del bienestar, haya cada vez más personas que no encuentren ese bienestar, que se sienten insatisfechas con sus vidas y que no pueden evitar la depresión.

También es bastante contradictorio que, en un mundo donde tenemos toda la información a nuestro alcance, donde cada vez sabemos más de salud y de hábitos saludables y donde las posibilidades de adquirir productos son enormes, haya cada vez más personas enfermas de obesidad, con problemas de sobrepeso por una mala alimentación o lo que algunos llaman sobrealimentación.

La relación entre depresión y obesidad

Obesidad y depresión están estrechamente relacionadas y, como ocurre en el caso de la tristeza o de la ansiedad, se trata de una relación causa y efecto en el que los papeles se cambian según la situación y la persona. Esto quiere decir que a veces la obesidad es la causa de la depresión y otras veces es la consecuencia de esa depresión.

En cualquier caso nos preocupa porque estamos ante dos de los trastornos más frecuentes de la sociedad actual que implican, entre otros aspectos, falta de autoestima, exclusión social, enfermedades y una mala calidad de vida en general que se produce por esa relación enfermiza con la comida.

Tanto si estamos hablando de causa como de efecto, la obesidad es una de esas enfermedades que, como la depresión, deben tratarse utilizando recursos farmacológicos, pero sobre todo psicológicos. En cualquier caso, como cualquier otro tipo de depresión, la depresión por obesidad podemos asegurar que también se cura.

Tratamiento para la depresión por obesidad

Cuando nos encontramos ante una depresión por obesidad los especialistas deben tratar ambos problemas. Es decir, un tratamiento para la obesidad, que no va a funcionar mientras siga presente la depresión y viceversa. Así, vamos a necesitar un tratamiento integral que incluya fármacos, pero sobre todo, psicoterapia.

La terapia cognitiva parece el tratamiento más efectivo para solucionar los trastornos alimentarios, adquirir unos hábitos alimentarios saludables, evitar esa relación de dependencia de la comida y considerar la necesidad de una vida más sana. Pero esta terapia cognitiva también ayudará a superar la depresión, aprendiendo a aceptar el propio cuerpo, ganar autoestima y seguridad y conseguir la reactivación de la vida social.

Las estadísticas nos hablan en cifras de casos de obesidad y depresión, empeorados por las diversas enfermedades derivadas de la obesidad, como la hipertensión o la diabetes o por las consecuencias de la depresión, como el insomnio o los dolores musculares. Pero a nostras nos gusta hablar de personas y, sobre todo, de todas esas personas que han superado una depresión por obesidad.

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