Depresión por drogas o drogas por depresión: las dos caras de una misma moneda
Los estupefacientes juegan un papel muy importante
Las drogas pueden llevarnos a una depresión, de la misma manera que una depresión puede conducirnos a la drogadicción. Se trata de las dos caras de una misma moneda donde la depresión y las drogas van de la mano sin saber exactamente cuál de ellas es la causa y cuál la consecuencia.
En cualquier caso, cuando hablamos de una depresión por drogas o de una drogadicción por depresión, estamos hablando de una enfermedad doble que hay que tratar a dos bandas. Porque los tratamientos para la depresión no curan la drogadicción y viceversa.
Depresión por drogas
Sabemos la cantidad de problemas de toda índole que generan las drogas. Al igual que ocurre con el alcohol, este tipo de adicciones pueden llegar a destrozar tu vida atacando todos los ámbitos, social, familiar, laboral, económico, salud y, especialmente, el ámbito personal.
Cuando ves cómo todo lo que te rodea se va destruyendo, va desapareciendo o las personas a las que quieres se alejan, es el momento en el que una persona adicta a las drogas empieza a ser consciente de su problema. Un problema que deriva en falta de autoestima, en inseguridad y en miedo al futuro, algo que puede conducir fácilmente a la depresión.
Y es que salir de las drogas es un camino difícil y oscuro en el que te encuentras con sentimientos de angustia, desánimo, falta de ilusión y cansancio. Todos ellos síntomas también de una depresión. De esta manera, una depresión por drogas no puede tratarse con los mismos métodos que una depresión grave generada por otras causas, sino que ha de ser un tratamiento conjunto para superar la depresión y la drogadicción.
Drogadicción por depresión
Pero en la relación entre drogas y depresión encontramos también otra vertiente, esos casos en los que la persona con depresión acaba refugiándose en el mundo de las drogas en un intento erróneo de paliar su malestar. Ocurre que muchas veces no somos capaces de identificar los síntomas de depresión, nos sentimos confundidas y buscamos otros caminos para encontrar una respuesta a nuestro estado de ánimo.
Sin embargo, las drogas nunca tienen ninguna respuesta, como tampoco la tiene el alcohol, aunque no podemos obviar la gran cantidad de personas que recurren a ellas en un momento de depresión.
Encontramos varios puntos comunes entre las drogas y la depresión y es que ambas transforman los procesos químicos de nuestro organismo. Bien sean estimulantes o relajantes, las drogas incapacitan al organismo para producir sus propias sustancias, al igual que ocurre en los casos de depresión.
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