El efecto mariposa: cambia tu vida con pequeños gestos

Hay una canción muy famosa que dice: “La vida es como una barca. Un remo lo mueve mi mano y otro remo lo mueve el azar”. Y con esta letra nosotras nos preguntamos: ¿Por qué no cogemos nuestro remo con todas nuestras fuerzas y desafiamos al azar? ¿Por qué no salimos de nuestra zona de confort y nos lanzamos a luchar por nuestros sueños? ¿Por qué dejamos que nuestra vida se vaya a la deriva? El poder de ser felices está en nosotros mismos y lo podemos conseguir con tan solo un pequeño gesto. Si cada día hacemos una mínima cosa que nos haga sonreír, al final, con el paso del tiempo, estaremos orgullosos de como hemos encaminado nuestra vida y nos sentiremos plenos. El futuro es la suma de todo lo que hacemos en el presente. Y esto no lo decimos nosotras, lo dice la teoría del efecto mariposa. Te contamos en qué consiste. 

Qué es el efecto mariposa

“El batir de las alas de una mariposa puede provocar un huracán en otra parte del mundo”. Únicamente es necesaria esta frase para sintetizar qué es el efecto mariposa. Pequeños gestos pueden influir a la hora de generar grandes cambios. Este concepto está relacionado con la Física y su “idea del caos”, pero también puede aplicarse a la psicología. Lo que viene a decir esta teoría del efecto mariposa es que las cosas que hagamos hoy influirán en nuestro futuro. Con pequeños actos podemos transformar muchas cosas que no nos gustan ni nos convencen de nuestra vida. En vez de echarnos la culpa a nosotros mismos por los errores que cometemos, podemos sacar valor e intentar buscar una solución por medio de pequeños cambios. 

Para entender mejor cómo funciona la teoría del efecto mariposa, únicamente tenemos que pensar en el funcionamiento del metro. Hay distintas estaciones en las cuales podemos realizar los cambios de línea para llegar a nuestro destino final. Habitualmente, no le damos demasiada importancia ni le prestamos atención a estos pequeños intercambios, pero de esta manera tenemos la oportunidad de darle un giro radical a nuestro viaje e, incluso, de terminar en otro lugar.

En la vida, si no le prestamos atención a las pequeñas decisiones que tomamos o a nuestras acciones diarias, después de meses o años, llegaremos a un punto de incertidumbre e inestabilidad en el que ni siquiera sabremos cómo hemos llegado hasta ahí. Nadie compraría un billete a la “Estación Fracaso”, ¿verdad? Pues lo cierto es que podemos acabar allí si no estamos atentos a los intercambios o “transbordos”. 

El hecho de saber que estamos donde estamos debido a nuestras decisiones, nos ayuda a retomar el control de nuestra vida y a hacernos responsables de nuestros actos. Solo de esta forma podremos seguir adelante y crecer.

¿Qué podemos hacer por nuestro efecto mariposa?

1 Habla directamente: En vez de hacer elucubraciones o montarte paranoias en la cabeza suponiendo cosas que no son, habla directamente con las personas para evitar malentendidos. Muchas veces no todo lo que vemos u oímos es verdad. Para asegurarte lo mejor es preguntar, plantear tus dudas y no guardarte nada. Como bien dice el dicho: “Las cosas claras y el chocolate espeso”. Si aplicas esta filosofía también evitarás hacerte “mala sangre” o cabrearte sin razón. 

2 Haz que te escuchen: Hazte oír. Puede que al principio te cueste y te sientas cohibida, pero esto es cuestión de práctica. Poco a poco irás demostrando a las personas que te rodean que tienes una personalidad fuerte y decidida y no te sentirás ninguneada. No tienes nada que perder, solo puedes ganar.

3 Demuestra tu amabilidad: Ser amable no cuesta tanto y nos da muchas alegrías. Solamente hace falta una sonrisa, un gracias o un buenos días a un vecino o a la dependienta de la tienda donde vas a comprar el pan para crear un ambiente agradable y armonioso en torno a ti. Si transmites buen rollo y positividad a los demás, recibirás lo mismo por su parte.

4 Disfruta de los pequeños placeres de la vida: Una taza de café, una mantita, tu película favorita y el sonido de la lluvia a través de los cristales. Observar la respiración de un bebé mientras duerme. Tumbarse en la playa, cerrar los ojos y oler y escuchar el sonido de las olas del mar. Montarse en un avión y despegar hacia un destino exótico. Todas estas pequeñas acciones te proporcionarán un placer inmediato que se prolongará a lo largo del tiempo convirtiéndose a largo plazo en un ‘pozo de felicidad en tu interior’.

5 Hacer pequeñas cosas por las personas que te rodean sin esperar nada a cambio: Pequeñas acciones como presentarte como voluntaria en campañas contra el hambre, ayudar a tus amigos cuando lo necesiten o cederle el asiento a un abuelito o a una embarazada en el metro o en el autobús, generan un efecto mariposa a corto, mediano y largo plazo. Está comprobado que el altruismo desemboca en felicidad, por lo tanto, si unimos los pequeños gestos de cada uno terminaremos generando un gran huracán.   

6 Contar hasta 10 cuando estemos enfadados: Cuando estamos cabreados, nuestra mente no puede pensar con claridad. Por eso, lo mejor es detenernos un minuto y respirar hondo contando hasta diez. De esta forma, nuestros niveles de ansiedad se reducirán, saldremos de la espiral del enfado y haremos desaparecer sentimientos que no son nada saludables. Es en ese preciso momento cuando estaremos preparados para afrontar el problema. 

7 Carpe diem: Aprovecha el momento y no pienses en mañana. Hoy estás vivo y puedes disfrutar de dar un paseo con tu pareja, decirle a tus amigos que les quieres o reírte a carcajadas con las anécdotas de tus hijos. De nada sirve pensar en un futuro que es totalmente incierto, sin embargo el presente lo estás creando tú mismo a cada segundo que pasa. ¡Cada día cuenta! 

Recuerda: 

“Algo tan pequeño como el aleteo de una mariposa, en última instancia, puede causar un tifón al otro lado del mundo”

-El efecto mariposa-

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