Complejo de Judas: viviendo en la traición
No dejan de sorprendernos algunos complejos psicológicos que pasan de actitudes cotidianas como la envidia a comportamientos excesivos como la traición. Es el caso del complejo de Judas, un trastorno de difícil solución y con consecuencias muy negativas. En nuestro diccionario de complejos también tratamos el complejo de Judas.
Las consecuencias del complejo de Judas
Nos acercamos hasta los relatos bíblicos para entender el nombre de este complejo psicológico que tanto daño hace a las personas que rodean a quien sufre el complejo de Judas. Judas era uno de los discípulos de Jesucristo que con un histórico beso vendió a su maestro. Ese fue el fin de Jesucristo, pero el inicio de una larga serie de traiciones en la historia de la humanidad.
La traición es el rasgo característico de este tipo de complejo que tiene su base en la envida y en el deseo de hacer daño. El complejo de Judas no tiene nada que ver con el narcisismo, con el hecho de creerse una persona mejor, sino simplemente, el éxito ajeno resulta como una puñalada para el ego y la autoestima de estas personas con complejo de Judas.
Esta actitud está más relacionada con un complejo de inferioridad, con ese sentimiento de no soportar que alguien sea mejor que nosotros. Y generalmente está más relacionado con las cualidades interiores de una persona que con el éxito material. Una buena persona, una persona que vive acorde con sus valores y que defiende su ideología, resulta mucho más inquietante que una persona que goza de todos los bienes materiales.
La dificultad está en detectar este complejo de Judas, en detectar a tiempo qué persona sufre el complejo antes de que empiece a actuar para dañar a los que le rodean. Y es que parece que convivimos con la envidia a diario y son demasiadas las ocasiones en las que nos tenemos que proteger de las traiciones ajenas.
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