Autoestima: cómo ser más independiente y no dejarse influir por los demás

Laura Sánchez, Filóloga

La independencia es un estado que mucha gente ansía. Sin embargo, la mayoría de las personas se conforman con el aspecto material de la independencia y buscan su trabajo, su propio dinero y su propia casa. Pero la independencia que protege nuestra autoestima es la independencia emocional, que no es sino vivir en base a unos valores propios sin dejarse influenciar por los demás.

La independencia emocional de la autoestima

A veces confundimos el significado de independencia. El objetivo es situar la autoestima a los niveles deseados y para ello necesitamos seguridad, confianza, decisión, aceptación y actitud positiva. Y esas virtudes de la autoestima solo las lograremos si somos independientes. Pero independientes emocionalmente.

Muchas personas se sienten independientes porque han comprado una casa, tienen un trabajo estable y han formado una familia. Y sin embargo, viven con una dependencia emocional de su pareja, de su familia o de sus amigos que le impide desarrollar su personalidad plenamente. Se trata de personas con la autoestima muy baja que no se valoran a sí mismas y por eso dependen de los demás.

Depender de los demás es dejarse influenciar por los deseos y opiniones ajenas. No hacer algo que te gusta porque sabes que a tus seres queridos les parece mal, no atreverte a tomar decisiones por miedo a defraudar a los tuyos, quedarte callada cuando deberías reclamar tus derechos o no ser capaz de decir "no" ante una situación que te molesta, todo eso es falta de independencia.

No dejarse influir por los demás para ganar independencia

La realidad es que tu vida deberías diseñarla solo tú. Eso no quiere decir que no cuentes con los demás para nada, pero las decisiones importantes, sobre tu futuro, sobre tus estudios, sobre tu trabajo, sobre el lugar donde quieres vivir, sobre qué hacer con tu tiempo libre, etc. son aspectos de tu vida en los que sólo tú deberías tener la palabra.

Ten bien presente que por mucho que te quiera tu familia, tu pareja o tus amigos, la felicidad solo te la puedes proporcionar tú misma, a base de sentirte bien contigo misma, de gustarte, de aceptarte y de seguir tus propios esquemas vitales, tus propios valores. La independencia emocional es algo que se gana a base de esfuerzo y lucha constante. Siempre es más cómodo dejarse llevar por los demás, pero a la larga se acaba pagando en forma de una vida vivida por los demás.

La parte negativa de la independencia es la responsabilidad de llevar las riendas de tu vida, así como gestionar el sentimiento de culpa. Porque independencia significa vivir acorde a tus valores, que en muchos casos no coinciden con los de las personas que te rodean. Así que antes de lanzarte a una vida emocionalmente independiente asegúrate de mejorar tu autoestima hasta sentirte muy segura de ti misma.

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