Tengo todo para ser feliz y no lo soy, ¿por qué?
Tienes un trabajo estupendo, una pareja exitosa, unos niños que están creciendo sin problemas, una familia que te quiere y unos cuantos amigos con los que pasar tu tiempo libre. Lo tienes todo en la vida y aún así no eres feliz. Y no es que seas de esas personas sin ilusiones ni objetivos, al contrario, te propones tus metas y tienes las suerte de conseguirlas. Entonces, ¿por qué no eres feliz?. Es inevitable que te sientas culpable por esa insatisfacción vital cuando hay personas que no tienen nada, pero tampoco puedes evitar sentirte infeliz.
Buscar la felicidad por el camino equivocado
Estamos acostumbradas a basar nuestra felicidad en base a los logros, a los objetivos conseguidos. Por eso nos extrañamos cuando, tras haber conseguido nuestras metas, seguimos sin experimentar esa ansiada sensación de felicidad. Y no es que no debamos mantener la ilusión en conseguir nuevas metas y en generar nuevos sueños, sino que tenemos que aprender a disfrutar de todo eso que vamos consiguiendo.
Para la mayoría de la gente, la consecución de objetivos se reduce a cosas materiales, como un buen trabajo, un buen salario, una casa propia, una relación de pareja sin problemas y, lo único que escapa a este materialismo es, tal vez, la salud. Esto demuestra que estamos transitando por el camino equivocado hacia la felicidad.
Y es cierto que necesitamos lo material para ser felices; necesitamos un trabajo que nos llene, un salario digno y una casa donde vivir. Si no conseguimos ser felices con todo eso que hemos logrado es porque no sabemos cómo disfrutar de ello, cómo valorar todas esas cosas y enfocarlas para que nos ayuden en nuestro bienestar emocional.
Lugares para encontrar la felicidad
Una vez que tenemos nuestras necesidades cubiertas y que hemos descubierto que no nos hacen más felices, tendremos que asumir que tal vez la felicidad se encuentre en otros lugares. Fundamentalmente la felicidad se encuentra en las emociones, en las sensaciones y en las experiencias, y no tanto en lo material.
El orgullo por haber conseguido ese trabajo, la satisfacción de tener por fin la casa de tus sueños y la seguridad que te proporciona tu estabilidad de pareja, son las sensaciones que tienes que remarcar para empezar a alejar la insatisfacción de tu vida. Vivir la experiencia más que el resuldado de esa experiencia.
Y un secreto que hemos encontrado para sentirnos más felices es la generosidad, un cambio de actitud en nuestro comportamiento dejando de mirarnos tanto a nosotras mismas. Mirar alrededor y descubrir que hay personas a las que puedes ayudar a ser más felices, será el empujón definitivo para que tú también consigas ser feliz.
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