Controlar la ansiedad de comer

La ansiedad es la gran epidemia del mundo moderno. Pocas personas hoy en día se han visto libres de sufrir un trastorno de ansiedad producto del estrés y de las preocupaciones diarias. Y aunque la ansiedad tiene muchas causas así como muchas manifestaciones, una de las más comunes es el comer compulsivamente grandes cantidades de alimentos. Cuando sufrimos ansiedad estamos alteradas y nerviosas y es frecuente intentar mitigar ese nerviosismo a base de comida, lo que sea que tengamos a mano y a cualquier hora. Pero tenemos algunos trucos para controlar esa ansiedad por la comida.

Dieta para combatir la ansiedad

Aunque parezca increíble, ya que estamos hablando de intentar evitar la comida, una dieta equilibrada puede ser la mejor alternativa para controlar la ansiedad por comer. Hay que procurar hacer cinco comidas al día, en vez de las tres habituales, para no atiborrarnos entre horas. También podemos escoger aquellos alimentos más saciantes que nos mantengan apartadas del frigorífico durante más tiempo.

Pero como estos atracones incontrolados son producto de la ansiedad y no del hambre, deberíamos incluir en nuestra alimentación más líquidos, como zumos o infusiones relajantes. De esta manera, las infusiones nos ayudarán a estar más tranquilas y mientras las tomamos evitamos lanzarnos a por la comida. Por su parte, el agua supone un gran aliado de tu fuerza de voluntad; cuando sientas la necesidad de comer algo, tómate antes dos vasos de agua. Verás cómo la sensación de vacío desaparece rápidamente.

Dado que estamos hablando de un desajuste emocional más que alimentario, nuestros mayores esfuerzos serán dirigidos a reducir el grado de nerviosismo. Para ello hay que evitar las bebidas excitantes como el té o el café, así como el alcohol y reducir en lo posible la ingesta de azúcares y chocolate. Tener a mano zanahorias o alguna otra crudité para picar entre horas puede ayudarte a no aumentar tu peso a causa de la ansiedad.

Trucos para reducir la ansiedad por la comida

Además de intentar saciarnos con una dieta saludable, también podemos intentar mantener a raya la ansiedad haciendo ejercicio físico. No temas por el hambre que te pueda entrar después de hacer deporte, porque si sales a correr, lo que más te apetecerá cuando llegues a casa es darte una buena ducha y no un buen atracón de comida. Además, el ejercicio libera tensiones y reduce el estrés, con lo que inmediatamente te sentirás mucho mejor.

Puedes ayudarte de alguna técnica de relajación o de yoga para reducir el grado de ansiedad. Un ambiente acogedor en casa, sin discusiones, tranquilo y con velas aromáticas que fomenten la tranquilidad será indispensable, como también es buena idea elegir un baño de espuma en vez de una visita al frigorífico. Cualquier inciativa es buena con tal de engañar tus ganas de comida.

Algo que le funciona a mucha gente ante cualquier trastorno de ansiedad y que puede mantenerte un tiempo más sin comer es la respiración. Tienes que aprender a controlar tu respiración en los momentos de nerviosismo y estrés y elimiar esa agitación al respirar cambiándola por inspiracines lentas y profundas. Poco a poco, te irás olvidando de la comida para centrarte en otros placeres.

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