Ansiedad en Nochevieja: los nervios de fin de año
Tememos la llegada de la Navidad por el aumento de la ansiedad, por los nervios, por la tristeza, la nostalgia y tantas emociones negativas que afloran en esta época del año más que nunca. Sobre todo, tememos las fechas más señaladas, como la Nochebuena, Reyes o la Nochevieja.
Y es que es en estos días clave cuando se recrudecen los síntomas de la ansiedad. Es por eso que muchas personas están deseando que se acaben las fiestas de Navidad, personas a las que les gustaría desaparecer y volver en el nuevo año, cuando ya ha pasado todo. Precisamente, el año nuevo y la Nochevieja son cruciales para la ansiedad. ¿Por qué?
Motivos de la ansiedad en Nochevieja
Si en Nochebuena o en Navidad los nervios aparecen por darnos cuenta de que la idea de la Navidad no se ajusta a la realidad, porque no nos reunimos con la familia ideal, sino con la nuestra y, porque echamos tanto de menos a los que faltan, en Nochevieja, las causas de la ansiedad son bien diferentes.
El principal motivo de la ansiedad en fin de año es la frustración. Despedir un año viejo y recibir otro nuevo parece el momento perfecto para echar la vista atrás. Y resulta que no nos fijamos en todos los logros, en lo bien que lo hemos hecho, sino en todas aquellas cosas que no hemos conseguido. Esa sensación de fracaso, que prevalece sobre las demás, es la que causa la ansiedad en Nochevieja.
La presión social es otro de las causas de la ansiedad en Nochevieja. Cómo y dónde celebramos el fin de año, con quién, cumplir los rituales, seguir las supersticiones para entrar en el nuevo año con buen pie, lucir fascinantes la última noche...Se trata de un momento fundamental a modo de redención, un breve espacio de tiempo en el que estamos obligadas a cumplir las expectativas de todo un año.
Cómo evitar la ansiedad en Nochevieja
El truco para evitar la ansiedad en Nochevieja es darle la vuelta a la situación. El concepto oriental del yin y el yan, de que todo lo malo tiene su parte buena, nos puede servir para hacer recuento del año que ha pasado. Tal vez no hayamos conseguido todo lo que queríamos, pero si observamos a nuestro alrededor, seguro que encontramos muchas cosas que nos han hecho felices, muchas mejoras a nivel personal y mucha, mucha gente que nos ha hecho sonreír.
El balance anual, por fuerza tiene que ser positivo. Solo así conseguiremos alejar el sentimiento de frustración y evitar la ansiedad. Debemos procurar tener una visión realista, tanto del año que ha pasado como del que está por llegar. Si vamos a elaborar una lista de propósitos de año nuevo, lo mejor es fijarse objetivos no demasiado alto para que podamos conseguirlos.
Por otra parte, la mayoría de las supersticiones para comenzar el año o para despedirlo aumentan la ansiedad por el temor a no seguir el ritual de la forma correcta. No podemos dejar nuestro equilibrio emocional en manos de la superchería. No pasa nada por no comer las doce uvas, por no brindar en fin de año o por no darle un beso a nuestra pareja en cuanto finalizan las campanadas. Este año nuevo vamos a ser felices, vamos a estar tranquilas y vamos a sentirnos bien, pase lo que pase en Nochevieja.
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