Ansiedad, el primer paso en el camino del alcoholismo
La ansiedad siempre viene acompañada de muchos más problemas
Son muchos los caminos que toman los trastornos de ansiedad para diversificarse y generar a su vez infinitos problemas de salud. Una de las posibles consecuencias de la ansiedad que no recibe tratamiento es el alcoholismo. Y es que cada vez son más las personas que intentan ahogar sus nervios en una copa de alcohol. Lamentablemente, la ansiedad no desaparece tras las copas, sino que adquiere una nueva dimensión: el alcoholismo.
De la ansiedad al alcoholismo
Es la normalización del consumo de alcohol uno de los aspectos más peligrosos de este hábito que debería mantenerse como una actividad placentera sin riesgo de convertirse en un problema que destruya tu vida entera. Pero el peligro del alcoholismo está ahí, planeando sobre una sociedad que ve normal abusar del alcohol en sus ratos de ocio o en sus momentos de bajón emocional.
No nos engañemos. Mucha gente recurre a una copa, o a unas copas de más o incluso a una auténtica borrachera en un fracasado intento de olvidar sus problemas. Un trastorno de ansiedad es uno de los pasos previos al alcoholismo si no transformamos radicalmente la visión que tenemos del alcohol como instrumento de ayuda ante cualquier problema.
Porque el alcohol nunca es la solución, porque nunca podrá ayudar a nadie a buscar una solución, ni tan siquiera a calmar los nervios, ni mucho menos impedir una crisis de ansiedad. Sin embargo, los datos están ahí y más del 80 % de las personas alcohólicas acompañan esta dolencia con un trastorno emocional como la ansiedad o la depresión.
La relación entre la ansiedad y el alcohol
Y nos preguntamos qué fue primero, ¿la ansiedad o el alcohol?. La relación entre los trastornos de ansiedad y los problemas de alcohol es bidireccional, dos monstruos que se retroalimentan y poco importa si fue la ansiedad la que dio lugar al alcoholismo o viceversa. Porque una vez que estos dos problemas se conocen, se agarran bien de la mano.
Seguimos preguntándonos cosas cuando nos encontramos juntos a la ansiedad y al alcohol. Evidentemente estamos ante una situación delicada que requiere un tratamiento médico. Pero, ¿se trata antes el alcoholismo o la ansiedad? y lo que es más importante, ¿estos dos problemas se tratan juntos o por separado? No podemos olvidar la dificultad que entraña la rehabilitación de cualquier persona de una adicción, así como del largo proceso que se necesita para aprender a manejar la ansiedad.
Estas preguntas no tienen una respuesta definida, sino que dependerá de cada caso en concreto. Si hay un denominador común que pueda responder a las incógnitas sobre el tratamiento de la ansiedad y del alcoholismo es que deben ser respondidas por profesionales médicos.
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