Dietas detox: conoce sus riesgos

Las tendencias más actuales en el mundo de la divulgación nutricional no experta pasan por una suerte de metodología asentada en la ingesta masiva de múltiples preparados a base de frutas y verduras -como zumos, smoothies o batidos- para lograr un doble objetivo: limpiar el organismo de toxinas y conseguir perder algunos kilos.

Se trata de rutinas alimentarias cuya duración oscila, normalmente, entre cinco y treinta días que, debido a una carta de presentación cuestionable en tanto en cuanto se restringe en exceso la ingesta de ciertos macronutrientes, ha desatado numerosas polémicas por parte de la comunidad médica. Según sostienen estos expertos, su seguimiento podría entrañar serios riesgos para nuestra salud.

Guía para conocer los riesgos de las dietas detox

Los nutricionistas defienden, frente a la expansión de las dietas desintoxicantes, que una rutina alimentaria, para que sea equilibrada y saludable, ha de ser variada, repartiendo los diferentes tipos de alimentos según la importancia de cada comida.

El desayuno de estos regímenes detox parece ser uno de sus talones de aquiles puesto que, en condiciones normales, debería representar entre un veinte y un veinticinco por ciento del consumo diario de nutrientes. Además, por si fuera poco, tienden a excluirse grupos de alimentos fundamentales como algunos lácteos, las carnes rojas o los cereales.

Pero las críticas más severas se ciñen en el carácter desintoxicante de estas dietas. Los expertos en nutrición contrarios a estos métodos manifiestan que no existe ninguna evidencia científica que pruebe que es posible purificar el organismo por comer de una forma muy restrictiva durante un espacio de tiempo concreto.

De hecho, van más allá, puesto que no consideran que la comida sea veneno sino más bien una vía por la que obtener los nutrientes necesarios para nuestro día a día, razón por la que, en esencia, no observan ningún motivo por el cual haya que depurarse.

Estas rutinas alimentarias detox también se reafirman sobre la posibilidad de hacer perder hasta cinco kilos de peso en un corto espacio de tiempo. Pero hay que tener en cuenta, de nuevo, que la excesiva restrictividad en la ingesta de macronutrientes permite que, al volver a comer de una forma más o menos equilibrada, se recupere rápidamente el peso perdido, adscrito fundamentalmente a la masa muscular y no a la grasas.

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