Falsos mitos: alimentos que curan

Marta Valle

Vivimos en un mundo mediatizado en el que, en ocasiones, el exceso de información no filtrada por especialistas y expertos nos lleva a tomar decisiones inadecuadas en torno a multitud de aspectos de nuestras vidas. La alimentación, por supuesto, no escapa a estas trabas, por lo que siempre es recomendable antes de iniciar cualquier tipo de dieta consultar con nutricionistas y médicos.

Resulta aconsejable seguir esta máxima puesto que, de lo contrario, podemos caer víctimas de medias verdades o, directamente, de engaños. Está muy de moda, a través de numerosos canales como internet, prensa escrita o televisión, promocionar ciertos tipos de regímenes alimenticios que, supuestamente, ayudan a depurar de toxinas nuestro cuerpo o, incluso, las más osadas dan esperanzas en torno a la curación de ciertas enfermedades.

La mitología de la alimentación sanadora

Esta problemática puede ahondar desde casos más pedestres y cotidianos, como la vitamina C y los resfriados invernales, hasta intentonas mucho más serias y graves como puede ser la supuesta curación de cánceres o enfermedades cardiovasculares. Y la línea, en este sentido, puede ser muy fina puesto que no es lo mismo que un determinado alimento contenga una serie de nutrientes que ayuden (y es importante la utilización de este término) a paliar, mitigar o retrasar la aparición de una enfermedad que hablar de curación.

Por ello resulta, de forma más imprescindible si cabe en estos casos, necesario consultar con expertos en materia de alimentación. Estas situaciones son aprovechadas inmediatamente por personas que tan sólo quieren ganar dinero fácil aprovechando las falsas ilusiones que crean en enfermos y sus allegados.

Uno de los regímenes que, en este sentido, están creando mucha controversia en el mundo de la nutrición es la dieta macrobiótica o la cura zen que, soterrada bajo un manto que promete un adelgazamiento rápido y eficaz, ofrece la posibilidad de sanar y prevenir a nuestro cuerpo de numerosas enfermedades graves. La ínfima cantidad de calorías por menú diario y la ausencia de muchos nutrientes fundamentales para nuestra alimentación, ha colocado a esta dieta en el punto de mira de los expertos en nutrición.

Controversias en torno a las dietas supuestamente milagrosas

Uno de los mayores casos de fraude en materia alimenticia tuvo su raíz en un programa de curación del SIDA elaborado por el  médico alemán Matthias Rath. El científico afirmaba ser capaz de curar esta terrible enfermedad a través de la toma de una serie de complejos vitamínicos. Numerosas investigaciones han ido demostrando, de forma progresiva, que el doctor Rath se equivocaba en sus afirmaciones. Sin embargo, este hecho no evitó que mucha gente, esperanzada por librarse de esta dolencia mortal, probara sus terapias basadas en preparados vitamínicos.

Otros profanos en materias oncológicas, como el doctor Mercola, afirman que se puede curar el cáncer a través de la alimentación. Algo que numerosos científicos han refutado con estudios concienzudos en la materia. 

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