Qué le pasa a las uñas cuando te la muerdes mucho

La onicofagia, es decir, el mal hábito de mordernos las uñas, es una costumbre que generalmente se adquiere desde la infancia y puede arrastrar hasta la edad adulta.

Además de ser una acción poco estética, esto de mordernos las uñas con mucha frecuencia nos puede llegar a afectar a nuestra salud.

Los riesgos de mordernos las uñas

Quienes tienen este hábito tan adquirido en sus vidas tienen una mayor posibilidad de contagio de enfermedades. Esto se debe a los gérmenes que se encuentran en nuestras manos y pasamos de forma directa a nuestra boca al mordernos las uñas. A este problema se une el hecho de provocarnos heridas infecciosas alrededor de las uñas que pueden ser muy dolorosas e incluso requerir de atención médica.

Cuando el mal hábito de morderse las uñas lleva en nuestras vidas muchos años, nuestros dedos han terminado deformándose debido a estar la mayor parte del tiempo mojados por la saliva y por empujar o dañar la cutícula. Si no existe cutícula, hay mayor propensión a infecciones bacterianas, de hongos o víricas.

Además de las cutículas, se puede ver afectado el tejido perjungueal, el cual bordea las uñas. Si esta zona se daña no existe ninguna posibilidad de reparación y la uña crecerá de manera irregular, más gruesa y con estrías.

Otra zona que sufre al mordernos las uñas son los dientes, pues al tener de forma constante los dedos en la boca y morderlos con nuestros dientes, éstos pueden desplazarse e incluso romperse. 

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