Piercings: lo que siempre has querido saber

El ser humano es un animal curioso por naturaleza, pero hay ciertas preguntas que puede quedar mal hacer y por eso pocos se atreven a formularlas. Esto también pasa con temas mundanos como los piercings, así que si siempre has tenido preguntas que no te atrevías a hacer, nosotras te las resolvemos todas.

Tus dudas sobre los piercings, resueltas

+ ¿Es para siempre?: A diferencia de los tatuajes los piercings no son para siempre. Bastará con quitarte el pendiente cuando ya no quieras lucirlo. Eso sí, en algunos casos las cicatrices que dejan son más visibles que en otros.

+ ¿Me lo puedo hacer yo misma?: No. Nunca te hagas un piercing tú sola ni dejes que nadie que no tenga todos los permisos y el material adecuado te lo haga.

+ ¿Es peligroso?: solo para personas con enfermedades crónicas como la diabetes o que necesiten tomar anticoagulantes y sufran alguna enfermedad cardíaca.

+ ¿Qué probabilidad hay de que se infecte?: de un 35% de probabilidades de sufrir alguna complicación, pero solo un 1% de ellas necesita de la intervención de un médico para curarse.

+ ¿Duelen?: depende de la zona del cuerpo. Los de los genitales son más dolorosos pero se curan antes. Los que más tardan en curarse y molestan durante más tiempo son los que se hacen en los cartílagos.

+ ¿Cuál es el piercing más común?: el de los lóbulos de las orejas. Lo llevan mujeres y hombres por igual. Les siguen los piercings en la nariz y el ombligo, que en algunas partes del mundo son adornos culturales.

+ ¿A qué edad es recomendable esperar para hacerse el primer piercing?: hay que tener 18 años para hacerse piercings sin permiso. A partir de los 12, con autorización materna o paterna, puedes hacértelos en las orejas: de hecho, hay profesionales que recomiendan no perforar los lóbulos de los bebés ya que sus orejas no están bien formadas y pueden quedar mal situados cuando crezcan.

+ Los piercings genitales, ¿dan más placer de verdad?: el propio Kamasutra ya explicaba hace siglos que el piercing que atraviesa el glande de los hombres hace que el sexo sea más placentero. Pero ojo porque también facilitan la infección por enfermedades de transmisión sexual.

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