Remedios caseros para dejar de fruncir el ceño

Arrugar la frente y el entrecejo como señal de descontento puede derivar en marcas y señales muy complicadas de eliminar. Las mujeres que son muy expresivas mantienen el músculo frontal en plena actividad durante la mayor parte de la jornada. El tipo de arrugas que surgen de este movimiento tienen dirección horizontal, cruzando toda la frente, pudiéndose complicar con el paso de los años con el surgimiento de las líneas verticales, ya más propias del entrecejo. Dado este potencial escenario, podemos echar mano de ciertos recursos caseros para prevenir la aparición de estos signos.

Combatir las arrugas del ceño con remedios caseros

Cuidar la alimentación supone un espacio fundamental a partir del cuál prevenir y retrasar las arrugas que afectan al ceño. Con este objetivo en mente, resulta indispensable mantener una rutina alimentaria en casa que resulte equilibrada, rica tanto en verduras como en frutas, especialmente todas aquellas que dispongan un alto contenido en vitaminas C y E, ya que aportan excelentes propiedades antioxidantes. Las dietas que inciden en la potenciación de estos nutrientes generan un escenario en el que la aparición de arrugas y líneas de expresión se antoja un poco más complicada de lo normal.

La relajación es otro aspecto que cobra sentido como alternativa casera a los cosméticos al uso que nos ayudan a combatir las arrugas surgidas de un exceso de expresividad facial. Todo elemento que aporte esta sensación debe ser bienvenido puesto que evitará cualquier mueca de desagrado que conduzca al fruncimiento del ceño. Practicar ciertas disciplinas deportivas como el yoga, escuchar música o tomar infusiones de hierbas como la manzanilla o el tilo pueden colaborar en la eliminación de la tensión que, en última instancia, facilita la aparición de dichas líneas de expresión.

Un remedio casero muy habitual para el tratamiento de las arrugas surgidas a causa del fruncimiento del ceño pasa por la realización de un sencillo ejercicio. Éste consiste en presionar las cejas con las yemas de los dedos, cubriéndolas de forma completa y presionando hacia abajo y hacia dentro sin estirar la piel. Para la conveniente realización de esta tarea hemos de subir y bajar las cejas unas diez veces mientras mantenemos la presión en todo momento.

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