Me gusta un compañero de trabajo, ¿error o éxito?

Aunque cada día aumentan las relaciones de pareja que se gestan a través de Internet, el trabajo sigue siendo el mayor celestino y el lugar donde se formas más parejas. A veces rollos, a veces escarceos, a veces desastres y otras veces parejas estables y felices se han creado a partir de un lazo profesional. Si te gusta un compañero de trabajo, ¿estás en un problema o es una suerte?

Pros y contras de enamorarte de un compañero de trabajo

Como todo en esta vida, que te guste tu compañero de trabajo tiene su cara y su cruz. Su cruz más evidente es que tú estés loca por él pero él no esté interesado en ti, porque entonces tu jornada laboral se puede convertir en una canción de copla de 8 horas de duración. Es demasiado para cualquier alma o corazón. Pero hay más cruces.

Puede que tu gusto por tu compañero sea bidireccional y tengáis un escarceo o un rollo o un encuentro. La felicidad será completa durante el tiempo que dure el escarceo, pero en cuanto uno de los dos quiera parar, volvemos al infierno laboral de tener que verle todos los días. Desde luego es para pensárselo dos veces.

Pero es que tener un lío con un compañero de trabajo también tiene sus ventajas y llegan en forma de la cantidad de tiempo que ahorras en conocerle. Ni primeras citas para saber si te gusta o para adivinar cuántos hermanos tiene. Si te gusta tu compañero, es porque ya le conoces y sabes cómo es. Aquí hay mucho terreno ganado.

También es una ventaja si llegas a tener una relación de pareja con él. A no ser que sea tu jefe, tu compañero de trabajo sabrá entenderte mejor que nadie y no le hará falta preguntar por qué has tenido un mal día. La empatía en ese delicado momento en que llegas a casa y esperas que tu pareja te consuele la tienes cubierta. Y por el bien de ambos, os deseamos que logréis ser una pareja muy muy duradera.

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