Cómo convencer a tu suegra de ser tu aliada

Es mítica la guerra abierta entre suegras y nueras, pero también tiene su parte de realidad. Cuando tu suegra te ve como una enemiga a combatir, tu tranquilidad vital desaparece y a nadie le gusta vivir en una guerra continua. Nos preguntamos cómo convencer a tu suegra de ser tu aliada, si es que es posible una tregua.

¿Es posible que tu suegra sea tu aliada?

Ni la vida en pareja ni la vida familiar debería ser una guerra. Lamentablemente las suegras no lo ponen nada fácil y sin querer te has visto convertida en esa mala nuera que se pasa los días contabilizando las batallas que gana o que pierde contra la madre de su pareja. Eso no es vida, no es justo ni para ella ni para tu novio, pero sobre todo no es justo para ti. Hay que ponerle fin a la guerra.

No te va a resultar fácil convencer a tu suegra de que vuestra relación puede mejorar. Que sus ataques, sus indirectas y sus intromisiones en tu vida no son de obligación, que puede adoptar otra actitud más amistosa sin necesidad de perder su estatus de suegra. Pero hay alguien que puede ayudarte a conseguir el fin de la guerra con tu suegra y no es otro que tu novio. Que se implique, que para algo es su madre.

Antes de poner fin a esa guerra con la madre de tu pareja tendrás que seguir algunas estrategias de combate. El objetivo es que se entere cuanto antes que tú buscas la tranquilidad familiar, pero también que harás cualquier cosa por ponerle límites. Tu mejor arma se llama domingo. Esos domingos en los que tú harás ver que tienes la sartén por el mango. Y que si dices que no vas a comer, es que no vas a comer.

Después de unos cuantos domingos sin ir a comer a casa de tus suegros, después de unos cuantos días sin responder al teléfono, tu suegra se dará cuenta de que la actitud hostil no es la más adecuada si quiere seguir ejerciendo de suegra. En ese momento deja atrás los rencores y ofrécele tu mano. Con fuerza, para que no se arrepienta de convertirse en tu aliada.

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