Historia de la matanza de San Valentín: de Al Capone con amor

El día de San Valentín se relaciona con el amor y las parejas felices. Sin embargo, ya que su origen fue el de un santo martirizado, deberíamos haber aprendido que no todo lo rojo que se asocia con esta fiesta es algo positivo, y buena prueba de ello es la matanza de San Valentín.

A pesar de que no sea el tema más adecuado para una celebración tan romántica, esta historia es perfecta si quieres sorprender a tu cita de San Valentín que además te permitirá presumir como una persona con mucha cultura.

La sangrienta historia de la matanza de San Valentín

Si por algo se caracterizaron los años veinte en Estados Unidos fue por la presencia de la “Ley Seca” que prohibía la venta y el consumo de alcohol. Por supuesto, dicha prohibición no impidió que se generase una extensa red de mafias por todo el país. De entre todas ellas, hay una que ha perdurado en la memoria de todos: Al Capone.

Alphonse Gabriel Capone Pecino, nacido en Brooklyn y de ascendencia italiana, consiguió ascender a lo más alto del crimen organizado gracias a su astucia y a su habilidad para eliminar a la competencia. Eliminó una tras otra a todas las bandas rivales y, el 14 de febrero de 1929, decidió dar su último golpe.

En una fría noche de San Valentín, mientras la mayoría de hombres, incluso los mafiosos, se preocupaban más de comprar un ramo de rosas o una joya para sus mujeres y amantes, la banda de Al Capone decidió teñir todo de un rojo muy diferente. A veinte grados bajo cero en la ciudad de Chicago, siete jefes de la banda rival de Bugs Moran se encontraban en un garaje intentando entrar en calor cuando fueron asaltados por los hombres de Capone, disfrazados de policías, que se apresuraron a terminar con ellos a tiros. Un trágico final para la noche de los enamorados menos romántica de la historia.

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