Magdalena de Suecia, la mujer que decidió no ser princesa

10 de junio. La mujer del día es hoy Magdalena de Suecia en el día de su cumpleaños. Celebramos con esta princesa su decisión de alejarse de la vida principesca y empezar de una nueva vida con su marido y su hija en la ciudad de Nueva York. Una mujer moderna e independiente que no quería ser princesa, al menos todo el tiempo.

Magdalena; la mujer que no quiso ser princesa

Es cierto que las casas reales europeas ya no viven bajo unos esquemas tan rígidos y quien más o quien menos han protagonizado episodios dignos de cualquier mortal de sangre roja y no azul. Pero lo de la familia real de Suecia es una especie de imitación de las costumbres más populares que convierten a sus miembros en el objetivo constante de las críticas.

Es lo que le ocurrió a esta princesa Magdalena, la hija pequeña de los reyes de Suecia, que sufrió durante mucho tiempo las intromisiones de media Europa en su vida privada. Decían de Magdalena que le gustaba demasiado la vida nocturna y que elegía rematadamente mal a sus novios. Y es cierto que todas sus historias de amor terminaron fatal. Hasta ahora.

La princesa de Suecia decidió que no quería ser princesa renunciando a la parte negativa que conlleva la distinción real y se marchó a vivir a Nueva York. A vivir como una más. O no tanto como una más, porque renunciar a vivir en un palacio en el frío Estocolmo para habitar un lujoso piso en Manhattan tampoco tiene mucho mérito, la verdad. Como tampoco tiene demasiado mérito dedicarse profesionalmente a trabajar en la ONG que ha fundado tu madre.

Pero hay algo que sí tenemos que reconocerle a esta princesa que se marchó muy lejos del reino para hacer su vida, para formar una nueva familia y para empezar casi de cero. Se necesita valor para dejarlo todo, eso es cierto. Y Magdalena de Suecia lo tuvo, como una mujer decidida que quería encontrarse a ella misma. Aunque saltar con un mullido colchón debajo, siempre es garantía de éxito.

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