Letizia se rebela, la Infanta Cristina llora y Urdangarín va al Casino y pierde miles de euros

"¿Visteis qué panorama en la misa homenaje a Don Juan de Borbón", cotillea Mari Pili en la hora del cafecito. "Eso es mal ambiente y no lo que hay en el bar de debajo de mi casa. Madre mía, se podía cortar la tensión con un cuchillo: por un lado, Letizia con cara de malas pulgas saltándose el protocolo y, por supuesto, sin disimular su enfado. ¿Para qué, si aquí cada uno hace lo que le viene en gana? Por otro, la Infanta Cristina con la cara hasta abajo, ni siquiera consiguió retener las lágrimas hasta llegar al coche... ¡Cómo está la 'cosa' real!"

"¿Y Urdangarín?", deja caer en forma de pregunta Rosa. "Urdangarín tiene prohibidísimo hacer acto de presencia en cualquier acto oficial, loca", responde rápidamente Mari Pili. "Ya lo sé, me refería a que a que no sabéis dónde estaba mientras tanto Urdangarín?, insiste Rosa. "Pues en un exclusivo Casino de Londres, donde se gastó varios miles de euros. Con dos h..."

¿El mismo Urdangarín que...?

Sin palabras. Mientras la Infanta Cristina reaparecía junto a su padre El Rey Juan Carlos por ser ése un evento familiar, su marido Iñaki Urdangarin, el mismo que hace años decía tener que hacer malabarismos para mantener a sus cuatro hijos, el mismo que pagó por el Palacio de Pedralbes casi 10 millones de euros, el mismo que cobraba 10.000 euros por reunión y el mismo que no podía pagar la fianza por su imputación en el Caso Nóos, tranquilamente -y digo tranquilamente, porque ni siquiera se preocupó de esconderse en una de las salas exclusivas y privadas del local- se jugó no sé cuántos miles de euros a la ruleta, los perdió, no dejó como buen señor ni un solo céntimo de propina y se fue tal y como llegó: tranquilamente.

Lo dicho. Sin palabras.

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