¿Mujer apasionada o enfermizamente celosa?

Tipos de celos y cómo evitarlos

Olivia Blanc, Periodista

Se dice que las relaciones de pareja han evolucionado hasta límites que nuestras abuelas nunca sospecharon. Pero existe un cabo suelto en esa historia que nos hace sospechar que a fin de cuentas no somos tan diferentes como algunos pretenden hacernos ver: los celos, ese sentimiento controvertido que cuando se torna enfermizo puede consumirnos como el fuego a una biblioteca.

Décadas atrás, la psiquiatra italiana Donatella Marazziti, catedrática de la Universidad de Pisa, agrupó los celos en cuatro grandes grupos:

- Celos depresivos: frecuentes entre quienes no se sienten a la altura de la pareja.
- Celos obsesivos: las víctimas viven angustiados por la duda de si son amados o no.
- Celos ansiosos: típico entre quienes temen ser abandonados por su pareja.
- Celos paranoicos: para quienes la sospecha de la traición se hace constante y excesiva.

Estas cuatro variantes se manifiestan por igual en hombres que en mujeres con independencia de la edad, aunque según la especialista, los más celosos son los solteros.

Claro está, que no todos los celos son patológicos; es más, muchos consideran válida la frase de quien no cela no ama; y es que en realidad el ser humano tiende a manifestar cierto sentimiento de pertenencia y de angustia ante la posibilidad del abandono, hacia las personas por las cuales profesa un afecto sincero y una innegable pasión.

Mujer celosa

Los celos, como confirmación de esa necesidad de compartir espacio y tiempo con la persona amada, así como de sentirnos exclusivos en lo que a intimidad se refiere, puede fortalecer y profundizar los vínculos de pareja. Pero, ¡cuidado!, evite trascender el límite y perder el control; pues entonces, en lugar de acoplar, multiplicará la angustia, la irritabilidad, la incomunicación y terminará creando fantasmas donde no los hay. Si está en ese caso, quizás ha llegado el momento de hacer un alto y, si es preciso, buscar ayuda.

Es imprescindible para una pareja que pretenda perdurar, ejercitar su capacidad para negociar, hablar, diagnosticar sus lados vulnerables y crear códigos de contingencias que les permita no malinterpretar las relaciones que cada uno establece con su entorno . Es esencial concertar la manera en que tratamos a los vecinos, a los amigos, a los compañeros de trabajo, a los familiares… y así reducir los equívocos y dudas.

Se dice que las personas celosas también muestran esa actitud con los hijos y amigos; convirtiendo el espacio donde podrían primar la entrega, el afecto, la ternura, y la comunicación, en un verdadero campo de batalla.

¿Son los celos un fenómeno normal? ¿Es posible amar con pasión sin sentir celos? ¿Es lo mismo el celo que el sentimiento de pertenencia? ¿Se trata de un defecto en la autoestima del celoso? ¿Es cierto que detrás de los celos se esconden personas acosadas por sentimientos de inferioridad? Como ves, este es un tema polémico donde caben tantas respuestas como historias de vida. Atrévase, cuéntenos su experiencia o sencillamente deje su opinión.

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