Guía para convivir en pareja (sin matarse)

Laura Sánchez, Filóloga

 consejos para una buena convivencia de pareja

Hacéis una pareja estupenda; el tiempo pasa muy rápido cuando estás con él, siempre tienes ganas de verle, te comprende, te apoya y cuanto más tiempo pasas con él, más feliz te sientes. Por supuesto que es el momento de dar un paso adelante en vuestra relación y abandonar vuestra soltería para iros a vivir juntos. Pero cuidado, vas a empezar una nueva vida y no todo el mundo es capaz de gestionar correctamente ese cambio.

Vivir juntos

Muchas parejas no superan los primeros meses de convivencia y acaban rompiendo porque piensan que tal vez no estaban hechos el uno para el otro. Pero en la mayoría de los casos esas rupturas no tienen nada que ver con el amor que siente el uno por el otro, sino con la incapacidad de asumir los cambios que se han producido en sus vidas. Y es que el primer paso para que una convivencia funcione es entender lo que significa vivir juntos.

Porque vivir en pareja no significa vivir la vida del otro. Una pareja ha de tener espacios (físicos y emocionales) comunes, pero mantener en todo momento su propia identidad. No te conviertes en otra persona por vivir con tu pareja, simplemente asumes otras responsabilidades y gozas de nuevos beneficios. Responsabilidades como la obligación de cuidar tu relación de pareja y mantener vivo el amor y beneficios como poder disfrutar de tu pareja siempre que quieras.

Por supuesto que puede ocurrir que a raíz de la convivencia descubras aspectos de tu pareja que te resultan insoportables y que durante todo el tiempo que ha durado vuestra relación estando cada uno en su casa no habían salido a la luz. Pero en la mayoría de los casos el drama de la convivencia es una falta total de comprensión, de tolerancia y de respeto por las costumbres del otro.

Claves para una convivencia feliz

Hay una serie de factores a tener en cuenta cuando nos planteamos convivir con nuestra pareja. Establecer unas normas básicas de funcionamiento doméstico como repartir equitativamente las tareas y determinar la gestión de los gastos conjuntos será fundamental si no queremos una convivencia plagada de discusiones y momentos amargos. Sin embargo, los tres motores que impulsan una convivencia feliz son el respeto, la comunicación y el compromiso.

- El respeto por las costumbres, las manías, las necesidades y, en definitiva por la propia identidad del otro. Grandes dosis de tolerancia y un alto grado de capacidad de adaptación son necesarias para la convivencia y entender desde el primer momento que vivir juntos es compartir dos vidas, no anular la vida de tu pareja ni intentar cambiarla para que se amolde a ti.

- El compromiso, sí. Esa palabra de la que huimos tanto hombres como mujeres hace su aparición en la escena de la convivencia. Porque se necesita el compromiso de querer compartir tu vida con tu pareja, para siempre o mientras dure, pero en cualquier caso hay que implicarse al máximo para no dejar que la rutina se instale en vuestra vida de pareja y mantener la ilusión en esa relación.

- La comunicación para resolver cualquier malentendido a tiempo, comunicación para que las discusiones de pareja se conviertan en algo constructivo y comunicación para saber las necesidades que tiene el otro y conocer los cambios que se están produciendo en la relación. Pero siempre comunicación.

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